Uno de los más recordados “cierres de inscripción” de candidatos presidenciales ocurrió en el 2006. El 9 de enero de ese año se terminaba el plazo para estos (las listas congresales se pudieron inscribir un mes después), y como siempre casi todas las agrupaciones políticas postulantes esperaron esa última jornada para hacerlo, quizás con la idea de llamar la atención de los medios y de la propia gente, sus potenciales votantes.
2006, UNA JORNADA CON DANZANTES Y HUMORISTAS EN LAS LISTAS
En esa ocasión hubo de todo como en botica. Desde artistas y cocineros hasta empresarios y dirigentes. El escenario era el Jurado Electoral Especial (JEE) Lima-Centro, en Jesús María; pero ese mismo trámite se hacía en cada capital departamental.
En la capital peruana hubo 25 listas al Congreso por Lima, Callao y el Parlamento Andino. Y el día arrancó con algo inesperado: un hombre disfrazado de muñeco se desplomó. Ya en el suelo todos se dieron cuenta de que su caída no era parte de un show sino que el sujeto estaba sufriendo un ataque de epilepsia en medio del horno que estaba viviendo dentro de su disfraz.
Se esperaba ese 9 de enero a grandes olas de candidatos, que irían y vendrían al JEE Lima-Centro. Pero no. La mayoría quería hacerlo de noche, a pocas horas del cierre a la medianoche. Quizás buscaban la frescura nocturna en ese verano cruel. En esa jornada, unos y otros se empujaban y la última lista en llegar para inscribirse pomposamente fue la de Alianza para el Futuro, la lista fujimorista, con Martha Chávez a la cabeza.
Las huestes humalista, por su lado, se dividieron en el último momento, y llegaron al JEE con doble lista: una facción disconforme del Partido Nacionalista Peruano (fundado por Ollanta Humala), que no aceptaba la lista de UPP -donde candidateaba Humala- llegó raspando el cierre. Otros tardones fueron los integrantes de Perú Posible y el Partido Aprista Peruano (PAP). A eso hay que sumar que, para la inscripción solo era necesario que vayan los personeros legales; pero no, para nuestros candidatos era el momento de lucirse y bañarse en popularidad.
Desde candidatos como Javier Diez Canseco (Partido Socialista), quien llegó al lado de ‘Qori Sisicha’, un candidato de su lista que, a la vez, era un eximio danzante de tijeras; o Luis Guerrero (Perú Ahora), que andaba junto a Pedro Villalba (don Pedrito) que iba también como candidato en su lista; hasta otros como Abelardo Gutiérrez, ‘Tongo’, y Pablo Villanueva, ‘Melcochita’ (Renacimiento Andino), todos supieron darle color y humor al trámite electoral. Ese año llegaron a inscribirse 23 listas presidenciales.
2011, EL AÑO DE LOS EMPUJONES APRISTAS
El domingo 9 de enero del 2011 era, de nuevo, el último día para presentar las listas de candidatos presidenciales y del Parlamento Andino. Luego de un periodo presidencial con el Partido Aprista en Palacio de Gobierno (Alan García), la fricción política era evidente en el país. Ese ánimo se dejó sentir en plena campaña electoral. Y ese mismo día de “cierre de inscripción” todo fue una seguidilla de empujones, patadas y asfixias gratuitas en la mismísima entrada del JEE Lima Centro.
El mayor escándalo estaba centrado en la lista de Gobierno. El Partido Aprista o, mejor dicho, el presidente Alan García buscaba con la ex ministra Mercedes Aráoz como candidata presidencial una salida práctica y no tan ideologizada como querían las bases (al final ella renunció). Se quería cambiar el rostro del partido de cara a las elecciones de ese año.
Pero eso, debido a investigaciones y denuncias periodísticas en el camino, Aráoz se impuso dejar de lado a algunos apristas de las listas congresales; entre ellos a Jorge del Castillo, una figura del partido. El último día de inscripción de la lista, Del Castillo, que buscaba asegurar su puesto de cabeza de lista por Lima al Congreso, llegó a Jesús María para respaldar la candidatura de Aráoz, pero su presencia generó recelo y sorpresa en un sector de sus partidarios. Había tensión en el ambiente.
En medio de eso, llamó la atención el arribo de Ricardo Noriega Salaverry, el líder de Despertar Nacional. Vino para inscribir su fórmula presidencial, pero lo hizo rodeado de una marejada de simpatizantes apristas. Noriega aprovechó las cámaras para criticar duramente a los apristas Del Castillo y Quezada, y hasta un sujeto que lo acompañaba levantó una camiseta con el lema: “Del Castillo corrupto”.
Solo bastó eso para que de inmediato fuera arrollado por los ‘compañeros’ de Alfonso Ugarte; volaron las patadas y los puñetazos. Noriega y sus diez ‘valientes’ terminaron escoltados por los efectivos policiales, a quienes les debieron la vida. Asimismo, el candidato aprista a la vicepresidencia, Javier Velásquez Quesquén, tuvo que lanzar su saco a un simpatizante para corresponder a sus arengas y a su pedido expreso de “darle algo”. El candidato sin saco desapareció en minutos del lugar. Ese agitado 2011 las listas de postulantes bajaron a 13, diez menos que en el 2006.
2016, EL ÚLTIMO CIERRE DE UNA INSCRIPCIÓN ELECTORAL
Ese día comenzaba la semana. Era el lunes 11 de enero de 2016. Casi cinco años de un gobierno polémico como el de Ollanta Humala. Su sucesor dependía de los candidatos que se presentaran ese día (o noche). En esa jornada hubo un poco más de orden en las inscripciones. En los días anteriores se habían presentado hasta ocho grupos políticos; pero, como siempre, la mayoría prefirió elegir el último día para hacerlo. Fueron 11 agrupaciones ese día final de inscripción.
La calle del JEE Lima Centro, en Jesús María, rebosaba de gente, en pleno verano sofocante. El primero en llegar fue el ex presidente Alan García. Él madrugó y llegó con el canto de las primeras palomas, porque ni las oficinas del JEE estaban abiertas ni atendiendo ya que lo hacían desde 8 y 30 de la mañana. Luego de algunas vueltas en su camioneta, retornó para entrar casi solo; es decir, sin tumulto ni bullas, al lado de Lourdes Flores y David Salazar, sus candidatos a las vicepresidencias, y por allí algunos simpatizantes. Mucho silencio para un candidato de grandes masas que fue García.
En el transcurso del día lo hizo el resto. A golpe del mediodía, un viejo conocido de la política local de los años 80 y 90, Francisco Diez Canseco, de Perú Nación (oficializó su nuevo partido apenas unos días antes) se inscribió apurado y, luego, declaró a su salida que, de ser presidente, encabezaría la campaña “Chapa tu choro legal”.
Con una portátil repleta de etnocaceristas apareció Vladimir Cerrón, de Perú Libertario, otro nuevo partido. El ex presidente regional de Junín admitió su cercanía con el etnocacerismo. La lentitud de la mañana acabó por la tarde con la seguidilla de siete candidatos presidenciales, que rivalizaron en festejos, fanfarria y proclamas electorales.
Renzo Reggiardo (Perú Patria Segura) lució unas verdaderas esposas con las que llegó maniatado al JEE. “Estas esposas representan el concepto de miedo de la gente”, dijo sin rubor. Mientras, Ántero Flores-Aráoz (Orden) no se quedó atrás y, para que quedara claro que él era el gato mayor, lo acompañaron unos simpatizantes disfrazados del famoso felino Garfield.
Otro clásico en candidaturas de esos años, Fernando Olivera (Progreso y Obras), apareció con su escoba moralista. Y ya con el timbre de salida apunto de tocar a la medianoche, llegó el padre del presidente Humala, don Isaac, metido en la fórmula de Siempre Unidos. Fueron finalmente 19 listas de candidatos los que buscaron liderar el Poder Ejecutivo ese 2016. El ganador fue la lista de Peruanos por el Kambio, que encabezó Pedro Pablo Kuczynski.
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