La época dorada del ciclismo en el Perú transcurrió entre mediados de los años 50 hasta los 70. El nombre del peruano, descendiente de japoneses, Teófilo Toda brillaba en la secciones deportivas de los diarios Shimbo Perú, La Crónica, La Prensa y El Comercio donde se daba cuenta de sus logros en el ciclismo de ruta.
Teófilo Toda Nishimura, natural de Huacho, entrenaba con una bicicleta de carreras prestada por Lázaro Shiohama, miembro del club Unión Pacífico. De lunes a viernes se levantaba al amanecer y partía hacia Lurín. Los fines de semana demostraba su destreza en los torneos nacionales.
“Teófilo Toda estuvo en el club deportivo Cachorros de ciclismo. La marca Garozzo fue su patrocinador”, nos cuenta Luis Toyama, abogado y ex presidente de la Asociación Universitaria Nisei del Perú (AUNP). Durante nuestra conversación recordó algunas anécdotas como esta:
“Un domingo Teófilo llegó al estadio Unión donde practicábamos para las competencias entre instituciones de atletismo. Nuestro club lo inscribió en una prueba de 1,500 metros. Nosotros pensábamos que para él sería fácil correr esa distancia. Sin embargo, aquel día Teófilo había ganado una competencia de 100 kilómetros entre Lima y la carretera Central. Por la tarde, dejó la bicicleta para correr los 1,500 metros. Obviamente no ganó. Teófilo nos explicó que las dos disciplinas requerían otro tipo de esfuerzos”.
Tenía 18 años cuando en 1953 se alzó campeón en la categoría junior. Al año siguiente repitió la hazaña. Estos méritos le valieron ser incluido en la selección peruana de ciclismo. Sin embargo, el ciclista tuvo un gran revés cuando se le negó la visa para viajar a Montevideo y representar al Perú en un torneo sudamericano.
En el ambiente deportivo había mucha expectativa por la participación de Perú en esta competencia. Junto a Teófilo Toda estaban cuatro ciclistas italianos nacionalizados peruanos. El Comercio en su edición del 9 de febrero de 1954 tituló: “Ha llamado mucho la atención la ausencia de Teófilo Toda”. Hasta ese momento nada hacia presagiar que el gobierno de Manuel A. Odría había impedido, sin argumento alguno, su viaje.
Aunque ya había transcurrido casi una década del fin de la Segunda Guerra Mundial, los sentimientos en contra de los descendientes de japoneses en el Perú aún estaban a flor de piel. La actitud del gobierno abrió el debate sobre la discriminación hacia la comunidad nikkei. El “Caso Toda”, como se le conoció por esos días, generó una cadena de solidaridad e indignación. Los miembros de su equipo se rehusaron a participar del torneo. Los editoriales de los diarios abogaban por la igualdad de derechos para los nisei cuya contribución a la sociedad peruana era muy destacada.
Teófilo Toda continuó ganando torneos en las pistas peruanas. “Toda fue campeón de ruta por 5 a 6 años. Era un ganador nato”, nos cuenta Luis Toyama. Gracias a sus logros, la Federación Peruana de Ciclismo designó a Toda como participante en los Juegos Olímpicos de Tokio 1964. Sin embargo, no había dinero para financiar sus pasajes y estadía.
“Por eso la Asociación Universitaria Nisei del Perú (AUNP), decidió apoyar a Teófilo Toda”, rememora Luis Toyama y añade: “el ingeniero Carlos Tsuboyama, secretario de deportes de nuestra institución, inició las labores para juntar auspiciadores”. El AELU prestó sus instalaciones para realizar los eventos pro fondos. Los clubes Los Cachorros, Unión Pacífico, Nisei Callao, Hinode, la empresa Farr Tours, entre otras colaboraron para que Teófilo Toda compita en las pistas japonesas.
Gracias a la unión de la comunidad nikkei, Teófilo Toda pudo viajar a Japón junto a 30 deportistas más. La prueba individual de ciclismo de ruta se realizó el 22 de octubre de 1964. Este circuito pasaba por las localidades de Akishima, Hino y Tachikawa, con partida y llegada en Hachioji, Tokio. Fueron 107 participantes que recorrieron 194 kilómetros. Teófilo Toda llegó en el puesto 84. A su retorno continuó participando en torneos hasta que en 1965 se retiró. En la actualidad tiene 85 años y vive con su esposa en Japón.