A propósito del virus Zika: la estéril lucha contra los mosquitos
En las últimas semanas, se han publicado alarmantes reportes provenientes del Brasil en los que se describe un nuevo tipo de virus llamado zika, el cual se trasmite por un mosquito y estaría provocando miles de infecciones y estaría causando el nacimiento de bebes con cabecitas pequeñas (microcefalia). Este artículo revisará lo que se sabe sobre el virus zika y reflexionará sobre la desigual lucha entre el ser humano y los mosquitos, un enfrentamiento que, lamentablemente, nunca ganaremos.
Los mosquitos
Los mosquitos han estado en este planeta desde hace mas de 200 millones de años y han desarrollado extraordinarios modos de adaptación para reproducirse exitosamente durante todo ese tiempo. Sus mas de 3.000 especies se encuentran en todo el mundo, excepto en la Antártica y en Islandia y transmiten una serie de enfermedades a 700 millones de seres humanos cada año, matando aproximadamente a 2 millones.
Algunas de las enfermedades transmitidas por mosquitos o especies relacionadas son la malaria, la fiebre amarilla, el dengue, la chikungunya, las encefalitis virales, el nuevo virus zika y decenas de otras enfermedades virales, bacterianas y parasitarias, entre ellas la verruga peruana o enfermedad de Carrión.
Es muy interesante revisar los mecanismos de adaptación que han desarrollado los mosquitos para reproducirse. En primer lugar, no todos los mosquitos pican, solo lo hacen los llamados mosquitos hematófagos (que chupan sangre), entre ellos los Anofeles que trasmiten la malaria y los Aedes que trasmiten el dengue, la fiebre amarilla la chikungunya y el zika. En segundo lugar, los mosquitos pican cualquier cosa que se mueva, pican otros insectos, culebras, lagartos, pájaros y mamíferos. Quien sabe si en tiempos prehistóricos picaron también a los dinosaurios. En tercer lugar, los mosquitos no pican para alimentarse, sino para reproducirse, razón por la cual, las únicas que pican son las hembras. Al respecto, los mosquitos se alimentan del azúcar de diversos tipos de néctar de plantas y la sangre que chupan es utilizada para alimentar a los huevos que forman las hembras.
Su modo de vida es también muy interesante, los machos viven solo una semana, mientras que las hembras, que se reproducen muy eficientemente, pueden vivir hasta un mes. Lo primero que hace una hembra adulta, lista para reproducirse, es buscar un enjambre de mosquitos machos para copular y ser fecundada. Una vez fertilizada, es vital para su especie que consiga sangre de un ser vivo (incluido el ser humano) para que pueda desarrollar sus huevos. Al encontrarlo, la mosquita usa sus receptores de sudor, olor y bióxido de carbono para escoger a su víctima (por eso es que algunas personas son mas picadas que otras). Una vez escogido, se posa en la piel y usa dos diminutos tubitos que tiene en la boca. Por uno inyecta su saliva con una sustancia anticoagulante (porque si no, la sangre de la víctima se coagularía y no la podrían chupar) y con el otro escoge un buen vaso capilar y chupa la sangre, la cual pasa a su estómago, el cual se va llenando rápidamente. Los virus entran al cuerpo de la víctima mezclados con la saliva, la cual causa también las molestosas y pruriginosas ronchas.
Una vez llena de sangre, la mosquita busca un lugar tranquilo donde posarse porque durante los próximos dos a tres días va a usar esa sangre para alimentar y producir miles de huevos, los cuales llenan ahora su abdomen, lo cual la pone ahora en un nuevo problema: buscar un lugar en donde ponerlos para que se desarrollen y formen miles de mosquitos adultos que continúen con la reproducción de su especie.
Aquí es donde los mosquitos han desarrollado una extraordinaria relación con el agua, pues es este líquido elemento el que buscan para que cada hembra ponga de 100 a 200 huevos. Las mosquitas Aedes por ejemplo (dengue, fiebre amarilla, chikungunya y zika) buscan agua limpia, mientras que otras especies buscan aguas empozadas. Y dígame en que lugar no hay agua empozada amable lector. En las calles y patios de las casas de los barrios de todas las ciudades hay llantas viejas abandonadas, objetos de plástico, latas viejas, además de agua en los resquicios de las casas y de los techos.
Pero en el campo o en la selva, además de los incontables charcos naturales de agua producidos por las lluvias, los mosquitos han desarrollado el sistema llamado fitotelma, en el que usan las infinitas colecciones de agua que se acumulan en los pequeños espacios entre las ramas y las hojas de árboles y plantas, además de los resquicios y pequeños orificios en los troncos y ramas de los árboles. En esos lugares ponen sus huevos y en cuestión de 30 a 40 días, los huevos completan su ciclo de desarrollo y se convierten en adultos, que salen a reproducirse otra vez, repitiendo el ciclo.
¿Pero qué pasa si por alguna razón no hay mucha agua en el ambiente para que los huevos puedan desarrollar? Pues no hay problema, los mosquitos han desarrollado un extraordinario sistema que les permite perpetuar su especie: la diapausa o suspensión temporal de la reproducción. Si por alguna razón el huevo se encuentra en algún lugar seco, el huevo también se seca pero mantiene todas sus posibilidades de desarrollar hasta cuando regrese el agua. Es decir, los mosquitos pueden reproducirse con o sin agua.
¿Se da cuenta entonces lo difícil que es luchar contra los mosquitos? Sin ninguna duda, la humanidad jamás podrá exterminarlos a todos, por lo que la lucha contra las enfermedades trasmitidas por los mosquitos tiene tres objetivos. El primero es hacer todo lo posible para que no se reproduzcan (que como hemos visto es muy difícil). Para esto, se está tratando de hacer modificaciones genéticas con el novedoso sistema CRISPR Cas9 en mosquitos Aedes y Anofeles, pero lo práctico es que vecinos y autoridades patrullen casas y vecindarios para fumigar y matar a los mosquitos adultos y eliminar los depósitos de agua que usan las mosquitas para poner sus huevos. El segundo es evitar que las mosquitas nos piquen, para eso hay que saber que los Aedes pican durante el día, especialmente al amanecer y al atardecer. Usar mangas largas, repelentes de mosquitos y mosquiteros para dormir son medidas útiles. Y el tercer método es desarrollar vacunas contra los virus que transmiten los mosquitos. Esta última es, en mi entender, la ruta mas prometedora. Ya hay vacunas contra varias enfermedades trasmitidas por mosquitos; dengue, fiebre amarilla y algunas encefalitis. Lamentablemente, nuevos tipos de virus atacan al ser humano y el desarrollo de las vacunas toma tiempo.
El virus zika
Veamos el ejemplo del virus zika, el cual fue descubierto en 1947 en un mono Rhesus del bosque Zika, un santuario para el estudio de mosquitos en Uganda. Las primeras y raras infecciones en humanos se produjeron en África en los cincuentas y todo permaneció en el olvido hasta el 2007, en que 73% de los casi 12.000 pobladores de Yap, una pequeña isla en la Micronesia se infectaron con el virus. Nadie sabe como llegó el zika a esa remota región, probablemente lo hizo en avión.
De ahí para adelante, se produjeron casos aislados en Asia y África hasta que a comienzos del año pasado se descubrieron los ocho primeros casos de infección autóctona en la ciudad de Natal en el noreste de Brasil. Posteriormente, se ha desatado la alarma porque se ha relacionado el zika con el nacimiento de niños con cabeza pequeña (microcefalia). A pesar de que los casos de microcefalia han sido 10 veces mas frecuentes en el 2015 que en los años anteriores, el Dr. Hervé Zeller, de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Europa (ECDC) dice que esa relación esta en estudio pero que aun no esta comprobada.
La infección ya esta en 18 de los 26 estados brasileños y se han documentado casos en Colombia, Chile, El Salvador, Guatemala, México, Panamá, Paraguay, Surinam, Honduras y Venezuela. Hace un par de semanas se registró el primer caso en Puerto Rico y dado que el Aedes vive en toda América, es cuestión de tiempo que se extienda a todo el continente, incluido el Perú. No se han documentado casos en Estados Unidos o Europa.
Los síntomas son muy parecidos a los del dengue: fiebre menor de 38.5 C, dolores e hinchazón pasajeros de las articulaciones de las manos y los pies, erupción de la piel parecida a la del sarampión, que empieza en la cabeza y se extiende al pecho y vientre, ojos muy rojos pero sin legañas o pus y síntomas no específicos como debilidad, malestar de cuerpo, dolores de cabeza y cansancio. Interesantemente, se ha documentado un caso de transmisión sexual.
Corolario
Los seres humanos tenemos que ser humildes y debemos aceptar que es muy difícil luchar contra seres que han vivido y se han adaptado durante mas de 200 millones de años en el planeta. Sin embargo, debemos hacer todo lo posible para evitar que los mosquitos nos piquen y se reproduzcan en nuestro vecindario, y simplemente debemos esperar que se desarrollen vacunas efectivas.