Algunas preguntas sobre transgénicos
Esta mañana, un lector me envió un correo con algunas preguntas sobre los transgénicos y me pareció interesante compartir mis respuestas con ustedes. Tal vez algunas de ellas también se las hayan hecho.
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¿Existe diferencia entre la modificación genética y otras técnicas empleadas anteriormente, como la hibridación?
La modificación genética es un término muy amplio y abarca desde las mutaciones por radiación o sustancias químicas, las hibridaciones (cruces entre dos especies o variedades diferentes) y los transgénicos. Todas son diferentes. Por eso que, cuando se habla de un Organismo Genéticamente Modificado (OGM) o transgénico, es mejor usar su término formal: Organismo Vivo Modificado (OVM), cuya definición está en el Protocolo de Cartagena.
De manera sencilla, un OVM es aquel que ha recibido una característica que es propia de otro organismo (no necesariamente de otra especie), codificada en una porción de ADN llamado gen. Para ello, se hace uso de herramientas bioquímicas que nos permiten cortar, modificar y empalmar diversos genes, para luego introducirlos en las célula del organismo deseado.
¿Las naranjas, manzanas o plátanos que se consiguen en los supermercados, son modificados genéticamente ?
Sí. Estas frutas han sido mejoradas genéticamente pero no son OVM o transgénicas.
Lo que se hizo con estas frutas fue, primero, identificar aquellas con características beneficiosas. Luego, seleccionarlas a través de huellas o marcas en su ADN (marcadores genéticos) para que, a través de cruces específicos o por clonación, se obtengan individuos con las características deseadas (más grandes, mejor color y sabor, sin pepas, etc.). Es como una eugenesia a nivel vegetal.
¿Existen oficial o extraoficialmente alimentos genéticamente modificados en el mercado peruano?
En el Perú sí consumimos alimentos que contienen o que son derivados de OVM, principalmente, aquellos elaborados a partir de maíz amarillo y soya. No solemos consumir aceites de algodón ni de canola, que también podrían ser producidos a partir de OVM. Existen otros productos como las berenjenas de Bangladesh, las papayas y remolacha azucarera de EEUU o el frijol de Brasil, que tienen versiones transgénicas aprobadas, pero que no son comercializadas en nuestro país.
Sin embargo, hasta que no se implemente la Ley 27104 (que es la que regula los OVM en el Perú) y el artículo 37 de la Ley 29571 (que es sobre el etiquetado productos transgénicos), todo sería “extraoficial”.
¿Cree usted que los transgénicos atentan contra la biodiversidad?
El efecto de un OVM sobre la diversidad biológica se analiza caso a caso. No puede ser generalizado. El hecho de que en una región pueda causar o no un impacto negativo sobre el ambiente, no implica que ocurra lo mismo en otra región. Para ello, los países responsables evalúan previamente todos los riesgos asociados al OVM y las formas de poder controlarlos o manejarlos a través de medidas de bioseguridad. Luego de esto, se toma una decisión que puede ser aceptar el uso del OVM (si no hay riesgos), aceptarlo con ciertas condiciones (si hay riesgos que puedan ser manejados) o rechazarlos (si hay riesgos que no puedan ser manejados).
Este procedimiento cae dentro de un Marco Nacional de Bioseguridad que, si funciona correctamente, los OVM no tendrían por qué causar un impacto negativo sobre el ambiente, la diversidad biológica y la salud humana. Lamentablemente, nuestro país aún no lo implementa.
Resumiendo, los OVM afectarían a la diversidad biológica si no se tiene en cuenta la bioseguridad.
¿Considera importante el etiquetado de los productos transgénicos?
Para mí es importante etiquetar los productos que contienen o están hechos a partir de un OVM. Esto generaría más confianza hacia esta tecnología por parte de la población. Aquí lo abordé más a fondo.
¿Existen consecuencias negativas en la salud del consumidor causadas por los alimentos genéticamente modificados?
Todo OVM, antes de salir al mercado, pasa por un proceso de evaluación que permita determinar si es seguro o no consumirlo. Por ejemplo, hubo un caso con el maíz transgénico llamado “StarLink” que, al momento de evaluarlo, no pasó una de las pruebas: la proteína Bt de origen transgénico no se disolvía adecuadamente en una simulación del fluido gástrico humano. Esto puede ser un indicio de alergenicidad, por lo que —por bioseguridad— no fue aprobado para nuestro consumo pero sí para los animales. Lamentablemente, en el año 2000, encontraron residuos de StarLink en el suministro de maíz para la preparación de las tortillas que se usan en los tacos. El producto fue sacado del mercado a pesar de no haber producido casos demostrados de alergias. Luego, la información se distorsionó y ahora es usado para causar preocupación en la población.
Por otro lado, las evidencias científicas disponibles apuntan a que los OVM destinados al consumo humano son seguros. Sin embargo, es cierto que la mayor parte de estos estudios los han realizado las mismas empresas que desarrollan los OVM, generando cierta desconfianza en la población. Obviamente, ninguna empresa va a publicar un trabajo que la perjudique. Otra crítica hacia estos estudios es que son muy cortos: 13 semanas en ratas de laboratorio. Hubo un estudio hecho por Séralini que duró dos años, cuyos resultados no son concluyentes por las razones que aquí expuse.
En realidad, son pocos los estudios a largo plazo realizados, los cuales se basan en el análisis de datos epidemiológicos, demográficos, patrones de consumo, etc., que son cruzados en busca de algún tipo de correlación. Pero debe quedar claro que una correlación no necesariamente implica una causalidad.
Si tuviera que decidir entre comprar un alimento transgénico y uno natural, ¿Cuál compraría? ¿Por qué?
Casi ya no existen alimentos naturales (aquellos que los tomamos directamente de la naturaleza). Todos son producidos por el hombre a través de la agricultura, la ganadería o la acuicultura; sea ecológica, convencional o transgénica. Personalmente, compro un producto que me garantice una buena calidad a un buen precio, sea cual sea su origen. Cuando tengo la oportunidad, compro productos que no se encuentran normalmente en el mercado: papas rojas, moradas o negras, de distintas formas y texturas, diversos maíces para cancha (me gustan el chulpi, el piscorunto y el ancashino), la quinua roja, etc. No los compro porque sean “naturales” o “ecológicos”, sino porque tienen sabores distintos que no lo encuentras en cualquier lado.
Es preciso indicar que también hay “transgénicos” que son “hechos por la naturaleza“.
¿Considera que los transgénicos son el futuro de la industria alimentaria? ¿Por qué?
No creo que los transgénicos sean el futuro de la industria alimentaria porque es una tecnología desarrollada hace más de 30 años. Ahora contamos con herramientas biotecnológicas mucho más precisas y eficientes para mejorar los cultivos. Ya no será necesario introducir genes de otros organismos —que es una de las mayores causas de rechazo de este tipo de productos— sino editar los que ya tiene. En caso de transferir características, estas se podrán hacer en lugares precisos, sin necesidad de componentes adicionales (promotores virales, genes marcadores de resistencia antibióticos, etc.), reduciendo las probabilidades de cualquier efecto no deseado sobre el organismo.
Sin embargo, en el corto y mediano plazo los OVM seguirán siendo útiles. El reto es que se utilice la tecnología para afrontar los problemas causados por el cambio climático: sequías, heladas, calor extremo, inundaciones, salinidad de los suelos, etc. Lo cierto es que el 99% de los OVM disponibles en el mercado no están destinados para el consumo humano directo sino para la alimentación animal, la industria textil y los biocombustibles, y casi todos son resistentes a insectos y tolerantes a herbicidas.