Parásitos cerebrales en una comunidad rural de Tumbes
¿Recuerdan la serie Dr. House, que narra la historia de un médico antipático y malhumorado, que es capaz de diagnosticar los cuadros clínicos más extraños? Los fanáticos de la serie recordarán el primer capítulo, en el que House se enfrenta a una paciente con síntomas neurológicos abruptos y, luego de varios intentos fallidos, termina diagnosticando correctamente un parásito en el cerebro, condición conocida como neurocisticercosis.
Lo cierto es que si House hubiera sido un médico peruano, no hubiera demorado todo un capítulo para llegar a ese diagnóstico; ya que, en Perú, la neurocisticercosis es una enfermedad frecuente, que debe ser considerada dentro del diagnóstico diferencial de diversos síntomas neurológicos.
Esta enfermedad es causada por un gusano plano (platelminto) llamado Taenia solium (también conocido como “tenia solitaria”), que —en ciertas ocasiones— invade nuestro cerebro. En vista que una parte de su ciclo de vida se da en los cerdos, la infección por T. solium está relacionada con el consumo de carne mal cocinada de este animal.
En muchos casos, las personas con neurocisticercosis no presentan síntomas durante mucho tiempo, hasta que aparecen los dolores de cabeza y las convulsiones, haciéndose cada vez más frecuentes. Por ello, se desconoce cuál es la frecuencia de esta enfermedad en poblaciones peruanas asintomáticas.
Para dar una respuesta a esta interrogante, un grupo de investigadores peruanos, liderados por la médica Luz María Moyano de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, realizaron un estudio en una comunidad rural llamada “Rica Playa” (Tumbes), donde se sospechaba que la frecuencia de neurocisticercosis podría ser alta. Los resultados fueron publicados el mes pasado en PLOS Neglected Tropical Diseases.
Para evaluar la neurocisticercosis en dicha comunidad, tuvieron que revisar los cerebros de sus habitantes a través de tomografías —una técnica de diagnóstico que permite ver lo que hay dentro del cerebro sin necesidad de sacarlo. De esta manera, encontraron que casi la quinta parte de la población evaluada presentaba calcificaciones cerebrales compatibles con la neurocisticercosis, aunque muy pocos (solo el 17%) reportaron haber presentado los síntomas: dolores de cabeza o convulsiones.
Hallar una comunidad donde una de cada cinco personas tenga T. solium en su cerebro es sin duda alarmante, pues cabe la posibilidad de que hayan otros centros poblados con cifras similares y que los portadores de este parásito presenten síntomas neurológicos graves en el futuro.
Por ello, se necesitan más estudios en personas que viven con neurocisticercosis asintomática para determinar qué situaciones son las que activan el inicio de los síntomas, o qué factores les protegen de los mismos. Esto permitirá diseñar mejores estrategias preventivas.
Referencia:
Moyano, L., O’Neal, S., Ayvar, V., Gonzalvez, G., Gamboa, R., Vilchez, P., Rodriguez, S., Reistetter, J., Tsang, V., Gilman, R., Gonzalez, A., Garcia, H., & , . (2016). High Prevalence of Asymptomatic Neurocysticercosis in an Endemic Rural Community in Peru PLOS Neglected Tropical Diseases, 10 (12) DOI: 10.1371/journal.pntd.0005130
Nota: Este artículo es una colaboración de Álvaro Taype Rondan, médico cirujano e investigador del Centro de Excelencia en Enfermedades Crónicas (CRONICAS), Universidad Peruana Cayetano Heredia.