Sonny Liston, de la miseria a la gloria
Charles “Sonny” Liston yace muerto en el jardín de su mansión en Paradise Palms, una lujosa zona de Las Vegas, Nevada. Su esposa, Geraldine Liston, fue quien encontró el cadáver del aguerrido boxeador el 6 de enero de 1961. Llevaba más de una semana muerto. La Policía relacionó su deceso con una sobredosis de heroína, aunque allegados al luchador sostienen que el púgil no consumía drogas. Para ellos, su muerte está vinculada con el mundo de la mafia. A 50 años de los hechos, el misterio aún permanece.
Se podría decir que el boxeador nació bajo la sombra del infortunio. Fue uno de los 25 hijos de una pareja pobre en Pine Bluff, Arkansas. Desde pequeño, necesitó trabajar en las plantaciones, ya que el dinero no alcanzaba para mantener a su extensa familia. A los 13 años, marcha hacia St. Louis, Missouri, junto a su madre y hermanos. La falta de educación y pobreza lo llevan a tener problemas con la Policía local. En 1950, Liston es apresado por participar en el robo de una gasolinera. Paradójicamente, el inicio de su fama se generaría en prisión.
Bendecido para luchar
El capellán de la cárcel, Reverendo Alois Stenvens, fue quien percibió las cualidades boxísticas de Liston (1.85 metros y 100 kilos de peso, físico ideal para un púgil peso pesado). En el gimnasio del recinto penitenciario, Liston aprendió a boxear bajo la supervisión de su mentor. Bajo libertad condicional, en 1952 gana los Guantes de Oro de su ciudad.
El 2 de septiembre de 1953 se convierte en boxeador profesional tras derrotar a Don Smith en el primer asalto. Sonny gana 9 peleas seguidas hasta perder con Marty Marshall. En 1956, su carrera deportiva se interrumpe por agredir a un policía y robar su arma. Tras nueve meses en prisión, Liston se muda a Philadelphia donde continúa su brillante ascenso en el cuadrilátero.
Sonny Liston poseía dos valiosas fortalezas como boxeador: una intimidante presencia y el fulminante golpe de sus puños. Luego de 26 victorias ganadas, era inevitable que tentaría una pelea por el título mundial peso pesado.
La oportunidad se concretó el 25 de septiembre de 1962, donde derrota a Floyd Patterson en el primer asalto, coronándose así como campeón mundial de su categoría. El boxeador le concedió una revancha en 1963, reafirmando su reinado. No obstante, 5 meses después, un joven llamado Cassius Clay reclamaría el trono.
Vuela como mariposa, pica como abeja
“Sonny Liston es nada. El hombre no sabe hablar. El hombre no sabe pelear. El hombre necesita lecciones de pelea. Y ya que va a pelear conmigo, necesita lecciones de cómo caer a la lona”. Cassius Clay
El novato púgil nacido en Louisville, Kentucky, fue quien se atrevió a retar al espigado campeón. Las apuestas daban como claro favorito al segundo, debido a sus contundentes golpes y vasta experiencia en el ring.
Clay apenas había ganado 19 peleas, mientras que el campeón salió victorioso en 35, con tan sólo una derrota. Sin embargo, Liston no pudo hacer nada con el estilo de Clay, quien recorría ágilmente la lona y conectaba veloces golpes rectos. Tras sufrir una lesión en el brazo izquierdo, Liston abandonó la pelea en el séptimo asalto.
La revancha fue programada para el 25 de mayo de 1965, Sonny Liston enfrentaba a Muhammad Ali, nombre que adoptó su rival al convertirse a la fe musulmana. Al minuto con 25 segundos del primer round, Ali conecta un derechazo a Liston y lo manda a la lona. No todos los espectadores lograron apreciar el impacto, por lo que fue conocido como el Phantom Punch (golpe fantasma).
Algunos rumores señalan que se dejó vencer debido a las amenazas recibidas por parte de la nación del Islam (religión a la que su rival se había adherido). La pelea aún sigue encendiendo intensos debates entre historiadores y amantes del boxeo.
Un final sin resolver
Tuvo que pasar un año para que Sonny Liston volviese a ponerse los guantes y subiera a un ring de box. Derrotó a boxeadores de baja categoría en Suiza, buscando liberarse de aquellos fantasmas que había engendrado en Estados Unidos.
De regreso a casa, el sueño de volver a tentar el título mundial se vio truncado al perder contra su antiguo sparring, Leotis Martin, en Las Vegas. La última pelea de Liston fue en 1970 contra Chuck Wepner, a quien derrotó por knock out técnico en el décimo asalto.
Oficialmente, Sonny Liston murió por una insuficiencia cardiaca y congestión pulmonar, pero en la autopsia realizada se encontraron marcas de aguja en su brazo. Para algunos, el gigante luchador fue asesinado por la mafia.
La muerte de Liston está rodeada de misterios sin resolver, como muchos aspectos de su vida. Los restos del púgil descansan en el Paradise Memorial Gardens en Las Vegas, Nevada.
El tormentoso pasado del boxeador, además de los enigmas que rodeaban su vida, lo convirtieron en uno de los íconos del mundo deportivo. La imagen de Liston también fue usada en los medios masivos, muestra de ello es el comercial que protagonizó junto al artista pop Andy Warhol para la aerolínea Braniff, en los años 60.
Entre otras anécdotas, Liston era el boxeador favorito de la banda británica The Beatles, y también fue uno de los personajes incluidos en la portada del disco “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band”. Además, se sabe que “Night Train” era su canción favorita, solía escucharla mientras entrenaba.
También fue portada de la revista “Esquire” (edición diciembre de 1963), vistiendo un gorro de Santa Claus.
En el 2008 se lanzó la película biográfica de Liston, “Phantom Punch”, dirigida por Robert Townsend y protagonizada por Ving Rhames.
(Iván Gonzáles Geldres)
Fotos: Archivo/ Agencia AP