OSN inaugura temporada con mezcla de estilos
Por Gonzalo Tello (Ópera Perú)
Es interesante la diversidad de energías e interculturalidad que se percibe en eventos que mezclan música clásica con popular, y este viernes pudimos constatarlo desde la entrada al Gran Teatro Nacional en la inauguración de la temporada 2015 de la Orquesta Sinfónica Nacional, que agotó localidades. El foyer estaba lleno de gente de todas las edades, revendedores afuera ofrecían a gritos entradas por 150 soles (el precio mas alto cuesta 60 soles en platea baja), así como encontramos una larga fila de público que esperaba conseguir tickets devueltos a última hora. Esta gente se mantuvo allí incluso hasta después del intermedio del concierto, con la esperanza de entrar. Se escuchaban también típicas quejas de todo tipo; de que por qué no se hace en dos fechas, que por qué no se hace en un teatro mas grande, etcétera. Algunos pocos lograron entrar.
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La OSN, en los últimos años, decidió abrir sus temporadas anuales con conciertos que sean una especie de fiesta que reuna estos elementos de interculturalidad. Esta es una costumbre de orquestas, sobretodo americanas, como la de Los Ángeles o Nueva York, que mezclan a intérpretes clásicos con populares y realiza conciertos con programas de repertorio mas ligeros para así convocar el interés de un grupo mayor de público. En 2013 lo comprobamos con Lucho Quequezana, manuelcha Prado y Jean Pierre Magnet, el año pasado con Tania Libertad, y este año nuevamente por partida triple, con tres artistas consagrados y muy populares en nuestro medio: El guitarrista Raúl García Zárate, el especialista en vientos Manuel Miranda y la cantante de folklore Dina Páucar. Todos ellos interpretaron obras de sus respectivos repertorios en versión sinfónica, gracias a orquestaciones muy bien logradas por el compositor Gonzalo Garrido-Lecca, hijo del consagrado compositor Celso Garrido-Lecca. Cabe destacar que Garrido-Lecca hijo estrenará su obra “Tarkas” con la OSN en octubre.
La orquesta, dirigida por su titular Fernando Valcárcel, abrió el concierto con la “Suite incaica” de Theodoro Valcárcel, tío abuelo del director y del que se presentará una retrospectiva de sus obras en diferentes conciertos a lo largo del año, con lecturas especializadas previas a cada fecha.
La OSN todavía no logra un nivel en el cual demuestre paridad de principio a fin, necesita calentar, con los cual las obras con que abre sus conciertos generalmente sufren esta falta de calentamiento. Eso pasó con la Suite Incaica que, aunque es una obra con mucha melodía, sin una orquestación compleja y bella influencia andina, no resonó de manera brillante y compacta como se hubiera querido. El variopinto público nuevamente mostró sus propias costumbres ante un espectáculo al aplaudir efusivamente entre movimientos y tratar de captar con sus teléfonos lo que pasaba, dándole mucho trabajo a los siempre eficientes acomodadores del teatro, quienen deben impedirlo, ya que está prohibido. Esta atmósfera especial que quizá a un purista molestaría, en este caso le aportaba sabor al evento y lo enriquecía.
Raúl García Zárate interpretó dos obras, no sin antes comentar con palabras entrecortadas y seguramente con el ritmo cardíaco acelerado lo emocionado que estaba de haber sido invitado a este concierto. Primero fue el tradicional ayacuchano “Arriba los pañuelos”, para guitarra sola, y luego el también tradicional “Adiós, pueblo de Ayacucho” junto con la orquesta. Ambas breves piezas levantaron al público de sus asientos con ovaciones, dedicadas a la trayectoria de tan ilustre músico. Su grandeza y sencillez se percibieron en su tímida postura, así como que el mismo recogió con la mano el posapié, en un gesto muy espontáneo que me resultó simpático que demuestra la sinceridad del personaje.
Manuel Miranda interpretó la zampoña y la flauta en la obra “Los amautas”, compuesta por el mismo. El llamado “Señor de los vientos” es reconocido por su trabajo de fusión de la música peruana e internacional, así como por haber compuesto obras emblemáticas para teatro, cine y danza, así como para festivales y presentaciones oficiales en eventos internacionales.
Dina Páucar, conocida popularmente como la “Diosa hermosa del amor” es una de las cantantes mas queridas de nuestro país y tiene una interesante historia de superación que le valió incluso un biopic televisivo con alto rating. Ella interpretó con la orquesta un medley de tres de sus canciones mas representativas, “Que lindos son tus ojos”, “Con qué derecho” y “Falso amor”. Ese estilo propio de la música folklórica, con letras melancólicas y canto apesadumbrado, maridaron perfectamente en esta versión sinfónica con la cual Páucar demostró una bella afinación y amplio rango vocal, además de deslumbrar visualmente con un vestuario imponente.
En la segunda parte la OSN demostró unidad y energía en dos obras que casualmente fueron estrenadas en el mismo año, 1928. Primero escuchamos el estreno peruano de la suite de “La Rebambaramba”, ballet del compositor cubano Amadeo Roldán. Esta es una obra adecuada en este contexto de concierto, ya que muestra la melodía afrocubana de una manera contagiosa y en una orquestación muy latinoamericana, en que metales y percusión se llevan la parte protagónica. Nuevamente el público festejó la obra con aplausos efusivos entre movimientos.
Finaliza el concierto con el hipnotizante “Bolèro” de Maurice Ravel, compositor francés que es parte importante del repertorio actual de la orquesta. Esta pieza de aproximadamente 16 minutos solo muestra dos temas repetitivos y va ‘in crescendo’ dándole la oportunidad solística a todos los grupos musicales. Es un clásico del repertorio internacional, compuesto por encargo como ballet para la famosa compañía de Ida Rubinstein. Si en esencia el Bolèro es simple, para los músicos es una pieza demandante. El Redoblante debe sostener toda la obra manteniendo un ritmo perfecto durante toda la ejecución, así como los solos deben saber expresar gracia y sensualidad, aunque sin improvisar, a través del sonido. Gran desempeño tuvieron especialmente los capos de clarinete, oboe y trombón, así como la flauta y el pícolo. El conjunto orquestal resultó brillante y dió una versión inspirada y compacta.
Gran inicio de temporada, con excelente gusto y tino para mezclar los estilos musicales y no dejar el carácter clásico del nivel que la sinfónica proyecta, como elenco líder. Los próximos conciertos de la OSN prometen excelencia con impecables obras y grandes directores y solistas.
Debido a la alta demanda que proponen estos programas, una excelente idea para futuras ediciones podría ser la de transmitir en pantallas gigantes el concierto a los exteriores del Teatro. Esto llamaría mucho la atención y permitiría participar del evento a mucha mas gente de manera gratuita.
En los días de conciertos en que se presente la retrospectiva de Theodoro Valcárcel se darán lecturas previas sobre historia y análisis de las obras de este autor, a cargo de Fernando Valcárcel y entendidos invitados. Esto será a las 6:45 pm en la Sala Robles Godoy del Ministerio de Cultura, al lado del GTN. Y durante febrero y marzo los que asistan al teatro podrán disfrutar en el foyer y segundo piso de la exhibición fotográfica “Primera llamada” que muestra gráficamente este exitoso programa de formación de públicos que llegó durante 2014 a treinta mil niños de colegios de todo el país. Las fotos son de Vanessa Ferro y la curaduría de Carlo Trivelli.