Orgullo Jing en Beijing
Casi en el clóset se llevó a cabo el primer festival del Orgullo Gay en Beijing y el segundo en China. Saltando la gran muralla de la censura, los organizadores solicitaron permiso a las autoridades para realizar una “actividad benéfica”. Lo que nunca especificaron es que esta actividad benéfica congregaría por un día entero a los “camaradas” chinos y extranjeros.
El festival del un día que fue llamado “Orgullo 京 Jing” (en alusión a Beijing 北京) se realizó en un bar dentro de un concurrido centro comercial en la capital china
En la edición impresa aparece la INFO.
Pero aquí, a través de las fotos que he seleccionado del evento, te cuento los detalles de la jornada
Los buenos-muchachos que organizaron el evento son jóvenes chinos en su totalidad, miembros activos del Centro LGTB de Beijing, además de muchos otros voluntarios, locales y extranjeros.
Los fondos recaudados fueron para la Fundación Chi Heng, una ONG que brinda ayuda a los niños afectados por el VIH/Sida y otros grupos vinculados en el país. Esta buena causa recibió el apoyo de 15 firmas patrocinadoras.
Los organizadores desplegaron material sobre la prevención de enfermedades de transmisión sexual, repartieron condones y ofrecieron la prueba del VIH/Sida con resultados en cinco minutos.
El anuncio del festival se hizo en inglés y corrió de boca en boca, por mensaje de texto y llamadas telefónicas. Los extranjeros fueron mayoría aunque los asistentes chinos aumentaron mientras caía la noche.
Es mucho más complicado para un hombre que para una mujer salir del clóset en China. Debido a la tradición, deben casarse y tener descendencia –de preferencia varón- para que el apellido y la rama familiar continúen otra generación. Muchos se casan con mujeres elegidas por sus padres a pesar de que son gays, tienen el hijo y buscan trabajos en otras provincias o en el exterior para no tener que convivir con la esposa. Muy pocos se divorcian.
La sociedad china no tiene una actitud lapidaria hacia las mujeres que establecen relaciones tan cercanas que desbordan los límites de la amistad. No es mal visto que las muchachas caminen tomadas de la mano, duerman juntas o intercambien palabras cariñosas, especialmente durante la secundaria o los primeros años de universidad. Muchos chinos creen que si no hay penetración, entonces no es posible una relación sexual. Sin embargo, toda chica que llega a los 30 años está obligada a casarse, le guste o no.
Pero China está cambiando a pasos de gigante en todos los aspectos, incluidos los temas sociales y cada vez más padres de mediana edad abordan con su único heredero el tema de la homosexualidad. La generación que vino al mundo después de los años 90 ha nacido fuera del clóset. Se ha formado un grupo de padres y madres que tienen hijos homosexuales y que ayudan a otros progenitores a comprender a sus vástagos.
El programa del Orgullo Jing también incluyó desfiles de “drag queens”, repertorio de canciones tradicionales chinas, espectáculos de baile y premios para los asistentes.
Ha sido el primer festival del Orgullo Gay en la capital china que no fue interrumpido por la policía. En el 2005, se intentó realizar el primer festival de la Cultura Gay en Beijing pero fue cancelado a último minuto por las autoridades sin mayor explicación. Lo mismo sucedió en enero con el primer concurso de belleza “Mister Gay”, según las autoridades, por falta de permisos.
Shanghai albergó en junio del 2009 la primera semana del Orgullo Gay en China aunque se suspendieron algunas actividades y hubo poca participación de la comunidad local. Charlene Liu, una de las geniales organizadoras, anunció que se está preparando una segunda versión para mediados de octubre en Shanghai. Esta primera experiencia sirvió para interconectar a la comunidad de extranjeros gay en China y además fue un referente para animar a más jóvenes chinos a salir del clóset.
Hasta el 2001 la homosexualidad era clasificada como desorden mental en China. Se calcula que existen más de 30 millones de homosexuales en el país aunque la cifra podría llegar a los 100 millones, según el colectivo. La vieja palabra china “Tonzhi” 同志 (que aparece en este anuncio) o “camarada” ha sido adoptada por esta comunidad para llamarse entre sí. Hay varios bares y clubes gays en las principales ciudades chinas y una red nacional cada vez más extendida. Las autoridades suelen tolerar las actividades de este colectivo siempre que no exista demasiada publicidad, especialmente en chino. Por ejemplo, el China Daily y el Global Times, ambos periódicos estatales en inglés, colocan estas informaciones en portadas.
A los camaradas les espera todavía una Larga Marcha.