El accidente que cambió al rock
En julio de 1966 Bob Dylan se estrelló con su motocicleta en un camino rural cercano a Woodstock. El incidente marcaría un antes y un después en la vida y las canciones del genial músico estadounidense.
Foto: Reuters
En el segundo volumen de “The Bootleg Series” se suceden dos de las canciones más extrañas y perturbadoras de la discografía de Bob Dylan. La primera, “She’s Your Lover Now”, es una diatriba contra una ex novia que Dylan interpreta como si se hubiera metido en la habitación que ella ahora comparte con su nueva pareja. La grabación avanza acumulando imágenes de odio y resentimiento que se suceden tan raudamente que los miembros de The Band no pueden mantener el compás y acaban descarrilándose, como los vagones de un tren al que le fallan los frenos frente a un abismo.
Después de unos segundos de silencio absoluto Dylan vuelve con “I Shall Be Released”, otro tema interpretado al lado de The Band. Pero algo ha ocurrido entre las dos canciones. Aunque son los mismos músicos y el lapso de tiempo entre las dos grabaciones no es más que el de unos pocos meses, el sonido del grupo y la actitud de Dylan han sufrido una desfiguración tan profunda que nos resulta casi imposible reconocerlos.
Es como si la arrogancia del dandy urbano que hablaba a toda velocidad en “She’s Your Lover Now” hubiese sido reemplazada por una voz suplicante a medio camino entre una canción de cuna y una marcha fúnebre. Por si fuera poco, las interminables frases cargadas de escenas bohemias y quiebres sarcásticos de “Highway 61” y “Blonde on Blonde” ceden aquí su lugar a breves reflexiones de anhelo espiritual y una alegre búsqueda de sentido común en el ocio.
Para explicar la radical metamorfosis sufrida por Dylan en el silencio que se abre entre estas dos canciones debemos regresar a los días que siguieron a la grabación de “She’s Your Lover Now”, específicamente, al 29 de julio de 1966, cuando Dylan chocó su moto en un camino de la localidad de Woodstock. Siempre de rápidos reflejos, el músico aprovecharía el accidente para retirarse de la vida pública y encerrarse en su casa de campo a grabar canciones acompañado por cuatro integrantes de The Band: Robbie Robertson, Garth Hudson, Richard Manuel y Rick Danko.
Los temas de estas grabaciones, conocidas como “The Basement Tapes”, provienen de una cantera creativa alejada del mundo urbano y bohemio de los anteriores discos de Dylan. Para escribir sus nuevas composiciones el músico repasó las canciones tradicionales del folk estadounidense y volvió a leer la biblia. Así obtuvo letras sencillas de escenas rurales, interpretadas con una mágica sencillez que contrastaba con la pomposa sicodelia de esos días. Uno de esos temas fue, claro está, “I Shall Be Released”.
Entonces, alejado de las giras, Dylan armó un disco de acetato con algunas de las grabaciones de “The Basement Tapes” y se lo envió a varios grupos de folk y rock, como por ejemplo los Rolling Stones y The Byrds. No es una exageración afirmar que esa placa podría ser la responsable de que estas dos bandas cambiaran su perspectiva musical sicodélica y grabaran dos discos muy apegados al country y el folk estadounidense: “Beggar’s Banquet” y “Sweetheart of the Rodeo”. El propio Dylan regresaría al estudio de grabación y editaría “John Wesley Harding”, un disco de baladas country bautizado con el nombre de un legendario pistolero del oeste.
Al parecer, en los años sesenta, la creatividad de Dylan era tan expansiva que hasta los accidentes le servían para cambiar la historia de la música pop. Así es la vida de los genios.