10 más: Tinky winky y dos de Michael Landon 6/10
La primera serie latinoamericana y el último reality en el listado de mis 100
programas favoritos. “Tinki winki”, dos de Michael Landon y el sospechoso humo de los años 70…50. Los Invasores (1967-1968)
Son posiblemente las dos temporadas más exitosas de la ciencia ficción. Un arquitecto descubre casualmente que hay una invasión extraterrestre en curso. Lo tenebroso es que los invasores se presentan en forma humana y en consecuencia, son aterradoramente iguales a cualquier persona. El foráneo temible es gente como uno. Sin embargo algunos signos delatan a los villanos de esta genial pesadilla paranoide: carecen de pulso y emociones y se molestan cuando escuchan el nombre de Frida Holler pues tampoco pueden doblar el dedo meñique.
49. Teletubbies (1997-2001)
“Me han ayudado con mis hijos durante tanto tiempo”, dijo una amiga cuando cancelaron la serie. Creados por la visionaria Anne Wood y por el imaginativo (y abstracto) Andrew Davenport, que escribió los 365 episodios que componen el show, Tinky Winky, Dipsy, Laa-laa y Po disfrutaban de aventuras pre escolares en compañía de Nunu (una aspiradora viviente) y un ubicuo narrador. Las tubbipapillas y tubbitostadas, de las que se alimentaban no pudieron evitar la polémica en torno a Tinky Winky, quien por usar una cartera rosada mágica y llevar como identificación un triángulo invertido (signo que presuntamente representa a una vagina), ocasionó que una asociación conservadora estadounidense intentara boicotearla. Recientemente la Defensora del Menor de Polonia señaló que el “afeminado” teletubbie era un modelo negativo que fomentaba homosexuales. Más allá del escándalo (risible francamente), la serie se ha convirtió en un clásico de culto entre jóvenes universitarios y uno que otros candy raver sobreviviente. “Teletubbies Say Eh-Oh!”, un tema inspirado en la serie, llegó a vender más de un millón de copias y permaneció en el top 75 de singles del Reino Unido por 32 semanas.
48. Los Munsters (1964-1966)
Sitcom clásica que muestra a una típica familia proletaria norteamericana solo que convertidos en monstruos y con una casota imponente. Creada como respuesta de la CBS a los exitosos Addams de la cadena de la competencia (ABC), gran parte del humor procede del hecho de que ellos no notan que son freaks al punto de considerar que la adolescente Marilyn, la única “normal” de la casa, es en el fondo fea y aburrida. Otro punto interesante son sus medievales interacciones y caricaturesca conducta al interactuar con la sociedad en la que viven, que habitualmente huye de ellos sin que siquiera lo noten. Les fue muy bien hasta que ABC estrenó Batman en full color. Desde entonces se hicieron cinco películas y al parecer hay una sexta en camino. ¿Personaje favorito? Cualquiera de los animales: Spot (el dragón que escupe fuego y vive bajo la escalera), Igor (el vampiro del laboratorio del abuelo), Kittycat (un lindo gatito que ruge como león), Charlie (un cuervo que vive en el reloj de la sala y que en la versión original decía “Nevermore” en alusión a E. A. Poe), los pescaditos (que al parecer eran pirañas) y Elmer (una sinuosa serpiente).
47. Mi secretaria (1975)
“¡Qué bonita familia, pero qué bonita familia!”, decía el recordado Pompín Iglesias mientras interpretaba a Caritino Estudillo y Picoy, alias “el jefe”, en la querida serie mejicana “Mi secretaria”. Se encuentra en este ranking y en este lugar por puro feeling. Junto a la romántica Lupita, la callejonera Pelangocha -”te voy a reportar, te voy a reportar…”-, la tragona Adalina, la enamoradiza Judy, y Cesarín, el hermano poeta de Lupita y asistente de Estudillo y Picoy, representaron con algún tino el submundo de las oficinas. Conserva alguna actualidad porque, desafortunadamente, algunos de los estereotipos que plantea subsisten. Las transiciones de la serie son una belleza.
46. La familia Ingalls (1973-1984)
La sobreiluminada familia Ingalls llegó a la televisión en una adaptación bastante libre de “Little House on the Prairie”, un libro para niños de 1935, escrito por Laura Ingalls Wilder (sí: Laura Ingalls existió). Se trata de un drama recoooontra cursi y recoooontra fresa que se ocupó de reflejar los valores cristianos del protagonista Michael Landon, quien además se ocupó de dirigir más de la mitad de los episodios. Destaca por empalagosa e ingenua y porque, sorprendentemente, a todos nos gustaba. Definitivamente, eran otras épocas. Entre los actores invitados estuvieron Sean Penn, Shannen Doherty y el gigante Johnny Cash.
45. Tres son multitud (1977-1984)
Si ocho son suficiente, tres son multitud, al menos cuando se trata de una rubia tonta, una morocha veraniega y un pendenciero irredento. La historia es la que sigue: Chrissy Snow y Janet Wood hacen una fiesta de despedida para su roomie Eleanor, al final de la cual encuentran a Jack Tripper, un estudiante para chef, durmiendo en el sillón. Como las dos son perfectamente inútiles en la cocina, aceptan que Jack viva con ellas siempre que aparente ser homosexual frente a Stanley Roper, el dueño del depa que no acepta esas cosas modernas de “dos chicas y un chico bajo un solo techo”. La mentira se mantiene hasta el episodio final, en el que Jack le dice a Ralph Furley, el nuevo casero desde 1979, que se muda con su novia para “intentar algo nuevo”. Furley, desde luego, cree que ha curado a Jack. En realidad se trata de un remake de la serie británica “Mad about the house”. No obtuvo mayores reconocimientos pero es considerada excelente… Lucille Ball era fanática de la serie y aquí amamos a Lucy.
44.. That 70′s Show (1998-2006)
Una sitcom setentera que solo pudo hacerse en los noventa. Muestra la vida de los suburbios entre el 17 de mayo de 1976 y el 31 de diciembre de 1979, momento en que, de seguir, se convertiría en un show de los ochenta. Algunos méritos: 1. Dio cuenta de manera ligera de los acontecimientos políticos y científicos que cambiaron al mundo para convertirlo en lo que conocemos: el feminismo, la liberación sexual, la recesión y consecuente decepción del pueblo americano para con su gobierno, la política de Jimmy Carter, el uso de drogas y el imprescindible juego de video “Pong”. 2. El uso de la pantalla partida para comedia, la misma técnica que De Palma usaba en los setenta para el suspenso. 3. 360 grados en el sótano, libres de prejuicios. 4. Transiciones tan triperas como las de Mi secretaria. 5. Ser un homenaje de “Los días felices”, serie que se hizo en los setenta, que también se situaba en Wisconsin y que también retrocedía veinte años en el tiempo. Por cierto, ¿alguien sabe porque siempre había humo?
43. Bonanza (1959-1973)
Esto es lo que podría pasar si se cumple la profecía que lanzó Robert Duvall en los Emmy: un productor y una avalancha de westerns. La historia se repetiría pues el género ya tuvo un paladín: David Dortort es quien mejor representa la época de oro del western televisivo. Incansable creador de series del lejano oeste como The Restless Gun, The High Chaparral y The Cowboys, logró con Bonanza su mayor mérito. De hecho fue la primera serie de una hora de una cadena que se filmó en color. Lanzó al estrellato a Michael Landon, Dan Blocker, Pernell Roberts y Lorne Greene. El tema de inicio es un clásico. Johnny Cash (al parecer su fantasma nos ronda hoy) lanzó una buena versión en su disco “Ring of Fire” de 1963.
42. The Real World (1992-¿nunca?)
Un grupo de chicos de 18 a 25 años de diferente raza, credo religioso y político, y orientación y experiencia sexual viven en un departamento recool que usualmente tiene una mesa de billar, un jacuzzi y una pecera, a veces sin percatarse (o percatándose, qué importa) de que los que están en la pecera son ellos. Efectivamente, todas las habitaciones, salvo los baños, tienen cámaras y las vidas de los participantes son minuciosamente registradas. Aquí no hay un premio y no hay ninguna competencia. Los participantes se van cuando quieren irse y si el fin de temporada no está cerca, son remplazados por alguien más. Si te entusiasma la idea toma nota: actualmente están en pleno casting para la temporada del 2008 que tendrá lugar en Hollywood. Eso sí, no es lo mismo que antes pero de todos modos es un emblema de la década pasada que cuesta un poco creer: resulta inverosímil que entonces todo el mundo con una vida real corriera a casa para ver por televisión la vida real de otros. El único reality que lo supera en longevidad es “Cops” que es horroroso y por eso no estará en esta lista.
41. Perry Mason (1957-1966)
Una de las series más longevas y exitosas de abogados y una de las más queridas de la vieja guardia. La dinámica es siempre la misma: el defendido siempre está en el banquillo y a punta de argumentos brillantes, Mason lo libera de culpa demostrando que alguien más cometió el crimen. El asesino confiesa a lo “Law & Order, unidad de víctimas especiales” o “CSI”, sólo que aquí siempre ocurre en la corte. Cuando le preguntaron a Raymond Burr, el actor que lo interpretaba, porque Mason ganaba todos los casos, este respondió: “pero señora, usted solo ve los casos que defiendo los sábados…”. Aparentemente, todo tiempo pasado fue mejor, aunque debo decirles que hay varias series actuales todavía en el resto del listado.
…continuará
*Estimados lectores: Desde enero del 2009, el blog “Tv en serie” lo desarrolla Romina Massa. Este post escrito por el anterior blogger, Javier Masías, seguirá en línea pero sin opción de dejar comentarios.