Que la ciencia sea para todos
La semana pasada don Tomás Unger cumplió 30 años como divulgador de temas científicos en este Diario. Convertir complejas investigaciones en explicaciones didácticas, que sean entendibles para todos, es su sello inconfundible. Una de las cosas más gratificantes que he podido experimentar es compartir una mesa con don Tomás y conversar con él sobre su vida. En los últimos cinco años lo he hecho cuatro veces, la última de ellas fue ya como una entrevista formal para escribir esta nota. Durante poco más de una hora me proporcionó más detalles sobre su vida y sobre la experiencia de divulgar la ciencia en un país como el nuestro. Si quieres conocer algunas de sus respuestas, sigue leyendo.
¿Cómo se inicia escribiendo en El Comercio?
A inicios de los ochenta, me llama Jan [Alejandro] Miró Quesada para que haga la página de Ciencias y de Autos en el Diario. Entro en 1981 y poco después moría Racso [Óscar Miró Quesada], el pionero en temas de ciencias. Sacando la cuenta son más de 1.560 páginas publicadas hasta ahora… ¡una barbaridad!
Pese a lo que la gente cree, usted no es científico…
Así es. Yo soy ingeniero en la especialidad de arquitectura. Soy de la última promoción de la Escuela Nacional de Ingenieros (1953), que al año siguiente se transformó en la Universidad Nacional de Ingeniería. La gente cree que soy científico, pero no lo soy. Debe ser por el hecho de estar interesado en estos temas y por lo que me enseñaron mis padres.
¿Qué profesiones tenían?
Mi padre era ingeniero mecánico, profesor, con especialidad en termodinámica y diseñador de máquinas. Él diseñó la turbina de gas de Marcapomacocha. Y mi madre era doctora en Química.
¿Nunca le pasó por la cabeza estudiar otra cosa?
Cuando me fui a EE.UU., estudié para ser ingeniero naval. Luego regresé al Perú a estudiar Arquitectura. Pero después he seguido estudiando. Un tema que me encanta a mí es la biología y eso no te lo enseñan en la escuela de ingenieros. Eso me enseñó un poco mi madre. Luego, seguí leyendo, estudiando y conversando con gente experta en el tema. A mí me ha enseñado mucho el biólogo Alberto Cazorla. Para poder escribir de algo, primero uno debe entenderlo; y para entenderlo debe preguntarle a alguien que conozca del tema.
¿Qué se necesita para divulgar temas científicos?
La idea es difundir esas informaciones de manera sencilla y didáctica. Para ello hay que tener conocimientos básicos, como física y química. Y después un poco de matemáticas, aunque a mi entender ya no son una ciencia, sino un arte y una herramienta. Ahora se usan para todo porque facilitan la manera de ver las cosas.
Uno de los principales problemas que enfrentan estos temas es que no cuentan con espacio constante en los medios…
Se dice que esos temas no venden, pero es como el tema de la gallina y el huevo. Por ejemplo, tuve varios espacios en la televisión que tenían buena aceptación de la gente, pero no se vendía la publicidad. Hoy en día ya la disponibilidad de información es muchísimo más grande, pero sigue habiendo interés por estos temas. Definitivamente es más fácil obtener publicidad para un programa de violencia o chismes.
¿Por eso incursionó en Internet?
Desde hace más de un año tengo mi blog, el cual tiene mucha lectoría en el extranjero. Esto pasa por una única razón: la divulgación científica en español es bastante pobre.
¿Y eso por qué sucede?
Eso se debe a que en los colegios más caros enseñan idiomas y tienen acceso a la información directa en la publicación original. Hoy en día la mayor parte de la investigación científica viene en inglés, pero también hay muy buena en alemán.
¿Qué es lo que ha buscado todo este tiempo a través de su divulgación?
Los países del Tercer Mundo no tienen acceso a literatura popular sobre ciencias. Para mí, lo principal es despertarle el interés a la gente por la ciencia. Pero lo que veo por la interacción a través del blog y del Twitter es que hay mucho interés de la gente, pero poco conocimiento. Es decir, hay gente inteligente interesada genuinamente en el tema, pero que carece de la información previa para entenderlo fácilmente. Eso denota que la educación de ciencia ha sido deficiente, pero ese vacío no lo llenaré yo ni ningún medio de comunicación.
EL PERFIL
- Nombre: Tomás V. Unger Golsztyn.
- Estudios: Colegio Champagnat de Miraflores. Universidad de Portland (EE.UU.), Escuela Nacional de Ingenieros del Perú.
- Profesión: Ingeniero arquitecto.
- Edad: 81 años
- Idiomas: Español, inglés, alemán, polaco, italiano, portugués y francés.
- Trayectoria: Ha trabajado en el Hipódromo de Monterrico, en el Ministerio de Industria y Comercio, en el BID, en Concytec y en Indecopi. Ejerce el periodismo desde 1956 con participación en “La Prensa” (1956-1984), “Correo” (1970-1976), “Expreso” (1991-1999) y El Comercio (desde 1981). También ha tenido programas en televisión.