Yoga para niños: ¿realmente qué les enseña?
Se les conoce como “los famosos dos años”. Los niños dejan de escuchar a sus papás, gritan, hacen berrinches, golpean, lloran y hasta patean. Tremendo. ¿Qué les sucede?, pues están creciendo y la verdad es que si no hacen este tipo de berrinches a esta edad, eso sería razón para estar alerta.
Que un niño se fastidie porque se le rompe un juguete o llore porque le dicen que su era de jugar se terminó es porque se está enfrentando a sus emociones. Es algo natural, pero son muy chiquitos como para reconocerlas, aceptarlas y trabajar con ellas.
Ahí entra el (hermoso) yoga. Con esta práctica los niños pueden aprender sobre sus emociones a través de juegos, música, canciones y cuentos. Aprenden a compartir no solo cosas, sino también espacios; a escuchar a otros y también a respirar.
Luciana Ratto, profesora de yoga para niños, por ejemplo, explica que es con el yoga que los niños encuentran la libertad de expresarse y también la calma. “Mi hija es más tranquila y muy risueña”.
Y Sylvia Valverde, que se especializa en dar clases de yoga para niños especiales, asegura lo mismo. “Mi hijo tiene síndrome de down y es increíble cómo maneja sus emociones. Él mismo me dice que tiene el control de las cosas y que va a respirar profundo cuando se siente mal”.
En el Perú el yoga para niños está en crecimiento. En otros países ya es parte de la currícula de los colegios. Pero poco a poco. Lo bueno es que es accesible y todos los niños pueden tomar clases. Normalmente, explican las expertas, se arman grupos dependiendo de las edades y las condiciones de los niños.
Pero ojo: nunca que hay que olvidar que son niños y que sí, pues, se van a distraer. “A veces están conectados 10 minutos, a veces solo dos”, se ríe Luciana. “Pero lo que sí es seguro es que en cada clase se llevan algo nuevo para la casa”.
Namasté
Ah! Luciana está dando estas clases.
Y si te interesan las de Sylvia, para niños especiales. Más info aquí.