Un marcado estilo nórdico invade la habitación de los más pequeños, otorgándole una cuota de frescura, relax y modernidad.
“Es una tendencia que está en boga. Se prefieren las paredes y los muebles de tonos blancos, el piso de madera clara y los acentos de color en tonos pasteles, como el rosa, naranja, celeste y verde. Estos pueden estar presentes en la ropa de cama, las cortinas y la lámpara de mesa o de techo”, indica la interiorista María Grazia Rizo Patrón.
También es posible vestir la mitad inferior de la pared con papel decorativo que exhiba estos tonos o cubrirla toda con un diseño que evoque materiales, como madera, piedra o cemento.
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