Vivir en Nueva York puede significar sacrificar la comodidad de un espacio abierto pero nunca del diseño. Así lo demostró Daniel Arsham, un diseñador de la firma Snarkitecture que convirtió un espacio de solo 8 metros cuadrados en una creativa habitación.
Una escalera es la forma de acceder a la habitación, ubicada sobre el baño de servicio de las oficinas de Snarkitecture. Son más de 25,000 pelotas de ping pong pintadas en tonos grises las que se usaron en esta decoración.
Las luces combinan con el techo blanco, que es la parte final del degradé de colores que inicia en la parte inferior de la pared con un tono gris oscuro. La cama cuenta con tres repisas para colocar objetos personales o más decoración.
El ropero tiene el espacio exacto para colgar prendas y organizar otros accesorios como zapatos. Además se le añadió un espejo que agranda el lugar. En la galería de la nota conoce más detalles del proyecto.