De acuerdo con un estudio hecho por el Ministerio de Salud (Minsa) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el 33% de niños y adolescentes, de entre 6 y 17 años, presentaron algún problema de salud mental a causa de la pandemia por el COVID-19. Eso lo pudieron comprobar entrevistando a alumnos de la I.E.P. Divino Maestro, quienes sienten esta situación de diversas maneras.
Para la gran mayoría, esta emergencia sanitaria ha tenido un impacto negativo pues se vieron muy afectados por el confinamiento, emocional y socialmente. Sin embargo, también hubo algunos para los que fue una situación positiva, ya que los impulsó a ser más responsables y organizados.
Una encuesta realizada entre los estudiantes de la I.E.P. Divino Maestro, de entre 14 y 17 años, muestran la percepción del nivel de estrés entre la mayoría ha sido intermedio o alto.
Muchos jóvenes y adolescentes que presentaron cuadros de estrés, de manera frecuente durante esta pandemia y los diferentes confinamientos, superaron esta condición mediante actividades deportivas, recreativas y, sobre todo, apoyándose en su familia y amistades.
El desafío de las clases virtuales
Pese a la suspensión de las clases presenciales, el avance tecnológico ha permitido continuar con las clases, según lo detectado en este colegio. Sin embargo, esta tecnología no ha podido hacer mucho por las interacciones sociales, sobre todo entre compañeros y entre alumnos y sus profesores, acostumbrados a tener un contacto cercano y familiar.
“Es necesario que sean más dinámicos para evitar la mecanización de los estudiantes”, señaló Heydée T.M., alumna de Divino Maestro, mientras que para su compañero Alexander, “hace falta [que los profesores] se organicen más y que no recarguen a los alumnos con demasiados proyectos y trabajos”.
El nivel de enseñanza no ha sido como antes, sobre todo por la dificultad en la adaptación a este nuevo tipo de interacción. De acuerdo con la encuesta realizada en el colegio Divino Maestro, el 44% de los alumnos respondió que sobrellevaban las clases virtuales de mala manera, mientras que el 33% lo hacen de manera regular y el resto de buena manera.
En esta institución educativa muchos alumnos se han reinventado de distintas maneras, sobrellevando el problema. “Pero solo hemos escuchado a los adultos. Es momento de escuchar a los niños y los adolescentes sobre esta situación”, dicen finalizan.