Vivimos una situación totalmente atípica, rodeados por un virus que es impredecible. Cada día el personal sanitario de todo el mundo batalla, desde la primera línea, para contener la pandemia y salvar vidas.
Cada médico, enfermera o personal de asistencia tiene una historia. Desde este Diario pudimos conversar con Carlos Tanta Chipana, un gastroenterólogo que labora al interior de nuestro país, en el hospital subregional de Andahuaylas (Apurímac) desde el 2008, quien nos cuenta las dificultades que ha enfrentado durante este tiempo.
Ante la pandemia, según indica, en muchos hospitales se ha restringido las atenciones de especialidad. “En provincia se necesita otro tipo de personal y muchas veces nosotros hemos aprendido a abordar a los pacientes COVID para tratar de compensar la falta de recursos humanos”, comenta.
Tanta agrega que antes del COVID-19 los médicos ya realizaban consultas externas, visitas a pacientes hospitalizados del servicio de gastroenterología y procedimientos intervencionistas, diagnósticos o terapéuticos. “Nosotros evitamos referir a Lima, Ayacucho o Cusco; salvo situaciones o patologías complejas. Tratamos de resolver los problemas aquí para que el paciente no tenga la necesidad de viajar”, agrega.
El médico remarca que lo que más le motiva a seguir adelante es su familia. “Los médicos hacemos un juramento hipocrático al momento de terminar los siete años de estudio. Implica muchas cosas que siempre tenemos presente. No escatimamos tiempo, condición social, raza, o localización. Es una vocación de desprendimiento”, añade.
COMUNICACIÓN CON LOS PACIENTES
Aunque Tanta nació en Lima, pasó sus primeros años de vida en Ayacucho, donde aprendió un poco de quechua. “Por la difícil situación que pasó el Perú en los 80, mi familia decidió volver a Lima y dejé de hablar quechua. Afortunadamente el personal de planta es quechuahablante y ellos son los que actúan como traductores”, cuenta.
Tanta sufrió por el COVID-19 a nivel personal: “Me hicieron las pruebas y una tomografía y salí positivo. Hice una neumonía por COVID, estuve en aislamiento. Gracias a Dios no progresó y me recuperé”, recuerda.