Después de doce años, la estrella del pop vuelve a presentarse, pero esta vez ya no en los escenarios más grandes del planeta, sino en la avenida Centenario, ubicada en la calurosa ciudad de Pucallpa, en la selva del Perú.
Su público dejó de ser aquellas grandes estrellas de Hollywood o quienes podían darse el lujo de pagar las entradas a sus conciertos. Ahora, son los conductores que brindan servicio público y sus pasajeros quienes, en primera fila y con unas cuantas monedas en la mano, tienen el honor de volver a ver los pasos de baile del icónico artista.
En Pucallpa, Michael Joseph Jackson ya no existe. Ahora quien ocupa su lugar se llama Rubén Utia Padilla, un comerciante ucayalino, proveniente de Tahuanía, que interpreta desde hace más de una década al artista internacional.
Rubén, desde hace varios años, emigró de Pucallpa hacia el distrito de Tahuanía (provincia de Atalaya) con la madre de sus dos menores hijos para formar su hogar; sin embargo, cada cierto tiempo, él regresa a Pucallpa para comprar mercadería para después revenderla. Pero para que Rubén pueda regresar a Tahuanía debe esperar la llegada del bote que lo llevará. Es en ese tiempo de espera que el microcomerciante y agricultor cumple el sueño que por cuestiones económicas nunca realizó: ser un bailarín profesional.
Con un parlante en la mano, al ritmo de “Thriller”, “Billie Jean”, “Bad”, y bajo los abrazadores rayos solares característicos de la ciudad, el “Michael Jackson de la selva” pasa más de siete horas diarias intentando ganarse unas cuantas monedas para poder cubrir los gastos de la educación de sus hijos y olvidar el problema que tiene en la vista, y que estuvo a punto de dejarlo ciego hace siete años atrás.
“Todo sea por mis hijos”, es la frase que suele repetirse Rubén cuando se pone el traje del rey del pop. Al llegar la embarcación que lo llevará a casa, él deja el disfraz y vuelve a asumir el rol de microcomerciante y agricultor para volver con sus hijos, quienes esperan a su padre con los brazos abiertos para bailar con él, hasta que sea momento de su nueva partida.