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DANIEL PEREDO
Un nuevo proceso se inicia oficialmente. La idea es empezar bien pero terminar mejor. Ya sabemos cómo han acabado muchas historias que arrancaron con un gran resultado. De nada sirve hacerle partido a Brasil si no sostenemos una campaña.
La selección tiene otra oportunidad para reinventarse. Gareca, con criterio, no ha llegado para borrar todo, no ha partido de cero; ha tomado lo valioso que había y, desde esa base, escribirá algo nuevo hacia el gran objetivo.
“Hacer una buena Copa América” significa evolucionar, ampliar el plantel, integrar un equipo y definir una propuesta que se consolide. El triunfo será un valor agregado; todos queremos ganar, aunque en el fútbol nadie gana de la noche a la mañana.
Con poco tiempo de entrenamiento, un par de amistosos, uno de ellos con ausencias notables, enfrentar a Brasil y Colombia en esta Copa es una gran medida para superarnos a nosotros mismos, para que el juego de la selección deje de ser una incógnita y pase a convertirse en identificable y competitivo.
No solo se trata de lo futbolístico, hay que apelar al espíritu de grupo, a ser colectivo, solidarios con el compañero, saber sufrir y sacrificarse en los momentos adversos. Si el Perú regresa de Chile como una mejor selección, la misión se habrá cumplido. Esa es mi lectura de “Hacer una buena Copa”.
