La imagen de Lionel Messi mirando con tristeza y frustración la Copa del Mundo, luego de caer en la fina ante Alemania en el 2014, ha quedado inmortalizada. Ese instante captado por el fotógrafo chino Bao Tailiag, que ganó el premio World Press Photo de aquel año, graficó el terrible momento que vivió el ‘10’. “Fue un golpe muy duro. Casi me pongo a llorar”, confesó hace poco.
Aquel oscuro 13 de julio, Leo vivió el peor día de su vida. Aún lo recuerda. Por ratos, inconscientemente, a su memoria llegan pasajes de ese partido. El estadio donde se jugó, el Maracaná, es el mismo donde Uruguay le ganó a Brasil la final del Mundial 1950 y dio origen al ‘Maracanazo’.
Cinco años después, tras ganarle a Qatar por 2-0 y acceder a los cuartos de final de la Copa América, Messi volverá al lugar donde sucedió todo. En el Maracaná enfrentará a Venezuela este viernes a las 2 p.m., en busca de un pasaje a la semifinal del torneo más antiguo del mundo.
De aquella derrota solo quedan tres sobrevivientes en el actual plantel: Leo, que jugó todo el partido, Sergio Agüero (ingresó en el segundo tiempo) y Ángel di María (no pudo estar por lesión).
Quizá el destino llevará al ‘10’ a ese estadio para que cambie la historia. Quizá no. Eso se sabrá después del partido. Sin embargo, más allá del trauma que podría generar el recinto deportivo brasileño, está el seleccionado venezolano, un rival que se ha convertido en un obstáculo para la Albiceleste. En los últimos tres partidos entre ambos, hubo dos empates y una victoria de la Vinotinto. Justamente el triunfo se dio en el amistoso que jugaron en marzo en España y que trajo una serie de críticas contra el equipo de Lionel Scaloni.
Hasta el momento, en el Maracaná se han jugado dos partidos de esta Copa América: Qatar 2-2 Paraguay y Perú 3-1 Bolivia. Ocho goles en dos encuentros. Una buena señal para los amantes del fútbol.