Desde Gustavo de Luca a Alberto Rodríguez: los ‘Clásicos’ en el mercado de fichajes

En el verano de 1994 aún no se masificaba la televisión por cable en el Perú (era algo más que un lujo) y el Internet aún era un fenómeno lejano. De la globalización de las comunicaciones solamente hablaban (o escribían) los futuristas o visionarios. Había fiebre mundialista y los clubes peruanos se preparaban para la Copa Libertadores. El primer Clásico entre Alianza Lima y Universitario se jugó en el mercado de pases. Algo muy similar a lo ocurrido hoy con Alberto Rodríguez.

La 'U' había obtenido el bicampeonato en el 93 y Alianza consiguió el segundo cupo al vencer por penales a Sporting Cristal. En la Libertadores se iban a ver las caras con los íntimos decididos a romper las malas rachas que mantenían con los merengues. Antes de esos encuentros, ambos clubes se disputaron un refuerzo que hoy prácticamente ha quedado en el olvido si no fuera por la anécdota que pasaremos a contar: el delantero argentino Gustavo de Luca.

Esa primera etapa de la década del noventa quedó marcada por esa disputa dirigencial entre cremas y blanquiazules por traer refuerzos con pasado en el clásico rival. El caso más emblemático fue el de Juan Reynoso, quien en 1993 se fue al entonces club de Breña (hoy de Ate).

-¿Qué pasó con Gustavo de Luca?-

En febrero de 1994, el argentino llegaba a Lima con la convicción de firmar por Universitario de Deportes. Incluso llegó a tomarse unas fotos con la camiseta crema, sin embargo las negociaciones no prosperaron y el club que estuvo atento a ese desacuerdo fue Alianza Lima. Con los íntimos, el acuerdo fue muy veloz.

De Luca llegaba con el cartel de haber sido campeón de la Recopa Sudamericana con Colo Colo en 1992. Era un '9′ de área que llegó a La Victoria junto a Rubén Tannucci y Henry Homann. Ninguno pudo consolidarse.

Ese equipo aliancista de 1994 derribó la pésima estadística que tenía con Universitario en esos tiempos. Por ejemplo le ganó 1-0 en Matute después de cinco años (sí, el día pugilístico entre Nunes y Kopriva) y previamente lo hizo en la Copa Libertadores (aunque fue la U el equipo que clasificó a segunda ronda).

Si bien el título nacional de ese año fue para Sporting Cristal con muchas fechas de anticipación, Alianza logró dar pelea con un equipo muy joven donde destacaban Waldir Saénz (quien sentó definitivamente a De Luca), Darío Muchotrigo, Marco Valencia y Juan José Jayo Legario. De Luca se regresó a Chile con solo cuatro goles anotados. Su espacio en la memoria del hincha noventero es que fue el atacante que llegó para firmar por la U y que se quedó en Alianza.

-El caso Montaño-

Una historia similar fue la ocurrida con el colombiano Jhonnier Montaño, quien a finales del 2007 se había convertido en uno de los futbolistas más cotizados del medio peruano. Montaño hizo la diferencia esa temporada con la camiseta de Sport Boys y lo querían todos.

Otra vez Alianza Lima y Universitario se encontraron en búsqueda del mismo refuerzo y el caso llegó hasta la Cámara de Conciliación y Resolución de Disputas de la Federación Peruana de Fútbol, debido a que el volante había firmado un precontrato con los dos equipos.

Montaño declaró sentirse confundido en esas negociaciones y su representante, John Lozano, argumentó que “habían sido sorprendidos” por la dirigencia crema. Por eso, la decisión final fue irse a La Victoria.

Este desencuentro estuvo muy cerca de culminar en la FIFA y motivar una dura sanción para Montaño. Al final, se declaró legal su pase a Alianza. Aunque el traspiés ético fue más que evidente.

Hay Clásicos que no solo se ganan en un campo de juego. Hay Clásicos que no necesitan goles para saber quién terminó sonriendo. Un refuerzo, querido por dos archirrivales, también puede producir la euforia de una final ganada.