Incluso en los predios de Pelé, Diego Maradona sigue siendo un rey. Acá en Sao Paulo, al lado de ex jugadores y representantes de varios clubes de todo Sudamérica, el ‘Pelusa’ iza la bandera de protesta contra la cadena Fox Sports, dueña de los derechos televisivos de los torneos que organiza la Conmebol. Pero el ex astro argentino hace un alto en sus labores en el hotel Accord para atender amablemente y de manera exclusiva a Deporte Total de El Comercio. No declaró al paso como acostumbra, lo hizo sentado, calmado, con todos los sentidos puestos en cada pregunta. Y se la jugó por Perú en el duelo de mañana ante Uruguay.
Septiembre del 2013: La primera vez
Diego, se viene una fecha clave en las Eliminatorias. Perú juega mañana contra Uruguay. ¿Qué crees que pueda pasar en Lima?
Creo mucho en Perú. Y no lo digo porque tú seas peruano, sino porque en casa se debe hacer fuerte de una vez por todas. A Uruguay no lo veo tan sólido como en el último Mundial; no obstante, se ha recuperado. Pero me reafirmo: veo fuerte al equipo de Markarián en casa, sobre todo entero, sin lesionados que a veces tanto preocupan.
¿Apuestas, entonces, por el triunfo peruano?
Me limitaré a decirte lo que cité antes: creo y confío mucho en este Perú. Sin duda, Perú gana.
Perú no hace grandes torneos pero sí reñidos partidos internacionales a los grandes. ¿Qué te costó más a ti: ganarle la clasificación el 85 como jugador o el 2009 como entrenador en el Monumental de River?
Sí, sufrimos una barbaridad porque no creí por lo más sagrado que Perú nos iba a someter con tan buen fútbol que solo las buenas selecciones pueden hacerlo. Me costó una barbaridad salir contento del estadio en ambas circunstancias: vistiendo de corto y con el buzo, o mejor dicho con el terno de entrenador.
Volviendo a 1985, ¿puede decirse que aquel equipo fue la última gran selección peruana que viste?
Podría ser que tengas razón porque tenía hombres, jugadores desequilibrantes aun cuando podría pecar de injusto.
Nolberto Solano es tu amigo, el último jugador peruano con el que jugaste. ¿Con los antiguos tienes amistad?
Sí, Solano es un buen amigo, gran jugador, pero no olvido a Velásquez, Cueto, Oblitas, Uribe. Hoy, para mí, los tengo bien considerados a Vargas, Guerrero, Pizarro. Hay jugadores que pueden darle a Perú una vuelta al fútbol grande. Es tiempo que lleguen a la gran vitrina como es un Mundial.
Mencionaste a Paolo Guerrero. ¿Qué opinas de él?
Claro que lo vi. Fue el que le hizo el gol de cabeza al Chelsea y en la última Copa América en la Argentina mostró la típica estampa del delantero valiente y goleador.
Fuiste campeón mundial con Bilardo en 1986, pero siempre destacas a Menotti. ¿Te pareces más a él como entrenador?
Sí, sí. Para mí el ‘Flaco’ Menotti es el mejor técnico que tuve en toda mi carrera. Los tengo bien separados al uno del otro.
Espero verte en Lima. ¿Cuándo nos visitas?
En cualquier momento. Lo prometo. De repente pronto me verán por allá.
Junio del 2014: La segunda vez en un Mundial
Las sirenas de carros policiales derrumban la tranquilidad de una tarde de playa en Copacabana. En la puerta del Hotel Royal de Río de Janeiro, se efectuó un operativo para detener a ejecutivos de la empresa Match, encargada de los boletos para el Mundial Brasil 2014. Una mafia de reventa de entradas, vinculada a la FIFA, empañaba las últimas semanas del torneo. A hora y media de allí, Diego Armando Maradona se alistaba para una nueva declaración de guerra contra el máximo organismo del fútbol mundial. Y el Diario El Comercio estuvo allí para contarlo.
Antes de la gran final entre Alemania y Argentina, el equipo de prensa del entonces presidente de la FIFA, Joseph Blatter, envió un comunicado de respaldo a la empresa Match. Era curioso porque uno de los ejecutivos de esta corporación (Ray Whelan) había sido encarcelado días antes al ser descubierto su lazo con uno de los peces gordos en la reventa de entradas durante la Copa del Mundo. El mensaje de la FIFA podía resumirse así: el problema no es de las organizaciones sino de algunas malas personas. Tremenda profecía. Un año después, con la caída de esta entidad en el FIFAgate, se confirmó que en Zúrich no estaban las personas correctas.
-El primer amor no se olvida-
En Barra da Tijuca, balneario carioca para la clase media alta de Río de Janeiro, estaba el centro de televisión internacional para las cadenas de diferentes países. Hasta allí llegamos para buscar a Diego Armando Maradona, quien conducía un programa junto al locutor Víctor Hugo Morales. La producción estaba a cargo del canal venezolano Telesur. Sus emisiones culminaban a las diez de la noche, nosotros llegamos a las nueve de la noche, después de haber cubierto el partido entre Alemania y Francia por los cuartos de final en el estadio Maracaná.
El IBC de Río de Janeiro era el gigantesco estudio de televisión que había construido la FIFA para esa Copa del Mundo. Maradona estaba terminando una de las últimas transmisiones de “De Zurda” en Brasil 2014. El hombre de seguridad, vestido con un terno azul y que lleva colgadas en el cuello dos credenciales de la FIFA, nos dijo que habíamos elegido un buen día.
En cada rincón de estos pasillos se comenta que Diego ha perdido su credencial de periodista, que ha sido vetado por su honestidad brutal contra la FIFA. Podría ser su última noche en Río. Es el minuto 90 y la última oportunidad para tener contacto con el ‘Peliusa’. La última oportunidad para soñar despiertos en una Copa del Mundo. La última de las noches para preguntarle al barrilete cósmico ¿de qué planeta viniste?
¿Cómo llamar la atención de un siempre apurado Diego Armando Maradona? ¿Cómo lograr que detenga el paso en medio de tantos periodistas en estado de urgencia? El Diego de la gente hace su aparición, siempre resguardado, y responde a algunos micrófonos mientras trata de hacer un trote. Ya estamos cerca de las semifinales de ese Mundial.
Diego busca a sus asistentes para alistar el escape y, antes de perderlo de vista, le entrego una de sus camisetas más queridas. El uniforme color cielo que lo hizo ascender hacia las nubes. Nadie puede ser indiferente cuando le recuerdan el primer amor. Maradona se ha detenido y me pide el lapicero de tinta indeleble. Diego me va a firmar la camiseta con su mano de D10S.
-Diego, te trajimos la del Nápoli para que la firmes.
Qué linda está la camiseta, hasta la veo algo retro ¿no crees? (le dice a uno de sus asistentes). Es muy parecida a la que usábamos en los ochenta (mientras la firma con un lapicero indeleble sonríe como un niño).
-¿Te vas a Dubai porque la FIFA te ha suspendido la credencial?
No, me voy a resolver temas personales y firmar unos contratos. Regreso para el cierre del Mundial, no me extrañen (se ríe). Debo seguir haciendo “De Zurda”, me encanta lo que estamos haciendo allí.
-¿Igual te ratificas en todas tus críticas a la FIFA en este Mundial?
A la FIFA la voy a criticar siempre, ya pronto el tiempo pondrá las cosas en su lugar. Yo creo que ya falta poco para que algunas cosas se sepan. Hacen lo que quieren todo el tiempo. Con el Mundial miren lo que está haciendo. Incompetencia total. Nombran a los peores árbitros y se ensucian los partidos. El español (Velasco Carballo) del Brasil-Colombia no vio nada. Los defensas de Brasil molieron a patadas a James, la misma lesión de Neymar. Lo peor que he visto en años.
-¿Hasta cuándo crees que la FIFA actuará así?
Hasta que los dejen, viste. Hace poco no dejaron que Mondragón entre con sus hijos al campo y después los holandeses sí pudieron hacerlo. Es mentira que todos somos medidos por igual. Pero ya van a caer.
-¿Crees que la lesión de Neymar afectará anímicamente a Brasil en la semifinal ante Alemania?
No solo anímicamente. Neymar es la figura total de este equipo y lo ha confirmado en cada partido. Es el muchacho distinto y sin él le costará muchísimo a Brasil competir contra Alemania. Yo conozco mucho a los alemanes, hay que saber enfrentarlos. Son animales competitivos. Lo de Neymar me hace acordar a lo que me pasó en Estados Unidos 94. Esa vez, mis compañeros acabaron muy golpeados después de lo que me hicieron. Esas cosas marcan y te sacan de los partidos.
Unos días después, Alemania goleó 7-1 a Brasil y Argentina superaba por penales a Holanda. Los últimos partidos, Maradona los vio en la tribuna. Su credencial fue vetada. La relación de Diego Armando con FIFA se rompió hasta que, doce meses después, explotara el caso FIFAgate, de corrupción de altos funcionarios. La camiseta celeste del Nápoli luce en un cuadro enorme en el centro de mi sala. Dentro de sus enormes desvaríos, lo que no se le puede negar a Diego Armando es que siempre detectó el lado oscuro de la FIFA. Se equivocó muchas veces (y pagó). Pero nadie puede refutarle su sentencia más inteligente sobre el fútbol: la pelota no se mancha.
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