(Foto: Facebook)
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Redacción DT

ganó 6-3 al Girona en un partido eléctrico en el que apareció la mejor versión de Karim Benzema, que renació para apoyar al insaciable Cristiano Ronaldo, autor de cuatro goles que, unidos a los de Bale y Lucas Vázquez, sirvieron para doblegar a un gran rival.


Zidane ha confiado durante toda la temporada en Benzema. Lo hiciera bien, regular, mal o fatal, criticado por el público o aplaudido, el técnico francés nunca ha señalado a su delantero. Siempre ha contado con él y, por fin, en el tramo decisivo del curso, Benzema parece que ha renacido justo a tiempo.


Lo hizo al lado de un equipo que claramente cambia con Lucas Vázquez, Kovacic y Asensio, y sin Modric, Bale e Isco. Es más directo, más arriesgado. Tal vez más atractivo, más vistoso. Es electricidad pura.


Tal vez ese juego apareció porque el Real Madrid tenía enfrente a un equipo similar. Y es que el Girona saltó al césped del Bernabéu por primera vez en su historia sin complejos. Los hombres de Pablo Machín se jugaban ni más ni menos que continuar al acecho de la sexta plaza y demostraron que su presencia cerca de los puestos europeos no es ninguna casualidad.


En esa locura de goles, ganó el Real Madrid, ganó el fútbol, ganó el renacido Benzema y ganó Cristiano, que no para de dar en la diana en la segunda vuelta. Y, Zidane, contento. La maquinaría para el Juventus parece bien engrasada con flecos que retocar. Justo a tiempo.

Fuente: EFE

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