Alejandro Casar González - La Nación / GDA
La Conmebol eligió Lima como como sede de la final única de la Copa Libertadores. En principio, en un comunicado, la confederación continental no confirma ni estadio ni horario. Pero todo conducía al estadio Monumental, con sus 60 mil entradas populares y los 11 mil palcos que inclinaban la balanza a su favor por encima del Nacional, el otro gran coliseo deportivo de la capital peruana, que roza las 50 mil localidades disponibles. La confirmación llegó poco después, y la final se jugará el 23 de noviembre, con luz natural y a las 15 (hora local, las 17 de la Argentina).
El nombre “Monumental” deriva de la imponencia de su construcción. Ubicado en las afueras de la capital limeña y cerca de los cerros que la rodean, el estadio insumió más de 40 millones de dólares y fue inaugurado en el año 2000. En rigor, bien puede hablarse del Monumental como un “elefante blanco”, ya que se llena una o dos veces por año.
Es la casa de Universitario de Deportes, la "U", uno de los tres clubes más populares de Lima, ciudad que comparte con Sporting Cristal y Alianza. A diferencia de los estadios nuevos, en los que se imponen los asientos por sobre las grandes tribunas de escalones, el Monumental mantiene los paraavalanchas en sus gradas, como los viejos estadios de concreto.
El gerente deportivo del equipo crema, el exfutbolista Jean Ferrari, informó a LA NACION que la Federación Peruana de Fútbol (FPF) que su estadio hospedaría el partido. “Nos acaba de llamar la FPF para confirmarnos”. El propio presidente de la FPF, Agustín Lozano, también dio por hecho que el Monumental sería la sede del encuentro. El otro escenario posible, el Estadio Nacional, tenía programado un recital de salsa para el día del partido.
Las razones del cambio
¿Que llevó a Conmebol a volver sobre sus pasos y elegir una ciudad que había sido reemplazada como sede de la final única de la Copa Sudamericana de este mismo año? ¿Por qué decide confiar en un país al que la FIFA sacó la organización del Mundial Sub-17 de 2019? La respuesta está en la escasez de opciones disponibles. Y en la facilidad logística que supone una capital con buena y abundante hotelería, además de vuelos directos diarios tanto desde Buenos Aires como desde Río de Janeiro.
El Monumental, además, brinda la posibilidad de vender casi 35 mil entradas más que en el estadio Nacional de Santiago. Así, la ecuación económica del partido estaría más que resuelta. Incluso la pérdida ocasionada por el cambio de sede también se compensaría. Claro que habrá que ver cómo se solucionan algunos aspectos organizativos que ya estaban resueltos en Santiago. Por ejemplo, algunas exenciones impositivas.
La elección de Lima tiene también un costado político. Agustín Lozano, el presidente de la Federación Peruana de Fútbol (FPF) recibió dos golpazos durante 2019 al perder tanto la sede del Mundial Sub 17 como la de la final de la Copa Sudamericana. Su federación tuvo problemas económicos que solo pudo saldar luego de recibir los premios por el subcampeonato de su seleccionado en la Copa América de Brasil. Lozano heredó la situación apremiante de su antecesor en el cargo, Edwin Oviedo, hoy preso por ser el supuesto instigador de un doble crimen.
Además, durante la reunión llevada a cabo en Asunción hubo un llamado del presidente peruano, Martín Vizcarra, a Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol. Tanto el gobierno peruano como la FPF se pusieron a entera disposición de la confederación sudamericana para la realización del partido. Caídas Medellín y Asunción, Lima apareció como la opción más atractiva. Y, además, era la única que quedaba.
Así, la FPF quiere recomponer su relación con Conmebol. Organizar (y, sobre todo, hacerlo bien) la final de la Libertadores sería un espaldarazo al futuro político de su presidente, Lozano. River y Flamengo cambiaron su itinerario. Para conquistar América deberán viajar a Perú.