Luis Suárez fue la figura en el 5-1 del Barcelona sobre Real Madrid al marcar tres goles. Sin embargo, una durísima entrada del uruguayo contra Nacho pudo costarle la roja. (Foto: AP)
Luis Suárez fue la figura en el 5-1 del Barcelona sobre Real Madrid al marcar tres goles. Sin embargo, una durísima entrada del uruguayo contra Nacho pudo costarle la roja. (Foto: AP)
Julio Vizcarra Torres

Ante los ojos de todo el mundo, acalló las voces que cuestionaban su presente y ratificó el maravilloso jugador que es. Con todo su repertorio, el uruguayo lideró con tres goles el 5-1 ante Real Madrid, que sentenció la suerte de Julen Lopetegui en el cuadro blanco. A falta de Messi, el ‘9’ azulgrana asumió la responsabilidad y brilló con luz propia, como suele hacerlo, en un Camp Nou rendido a sus pies. Lamentablemente, cuando se trata del crack charrúa cuesta hablar solamente de fútbol.

Luis Suárez es un delantero excepcional con doble personalidad. Una muy ligada al Barcelona, esa de fútbol, gambetas, asociación y golazos; y otra lejana a lo que pregona el club catalán en sus divisiones menores.

Con el 3-1 a favor, el ex Liverpool entró de mala manera a Nacho, a quien le dio en el tobillo. Suárez no vio la roja porque el árbitro Sánchez Martínez no quiso. El oriental siguió en el campo y marcó el cuarto de Barcelona. Y luego, estuvo a punto de anotar un sensacional gol de tacón.

La dura entrada al canterano del Madrid encendió el debate en las redes sociales sobre el uruguayo, un jugador fascinante que convive con la mala intención y le da la espalda al ‘fair play’, tan promovido por el Barcelona y la FIFA.

“El primer equipo es el espejo en el que se miran los niños”, se indica en el libro “Senda de campeones”, obra de Martí Perarnau en la que se refiere en profundidad a La Masía y los valores que la institución catalana profesa.

Y mientras en el libro ponen como ejemplos a Xavi y Andrés Iniesta, un elemento como Suárez no podría llevar la ‘9’ del Barcelona porque en esa tan mentada formación integral, las grandes cualidades del ‘Pistolero’ no alcanzan.

Es curioso que el atacante haya sido fichado por Barcelona justo unos meses después de la mordida al italiano Giorgio Chiellini, en el Mundial de Brasil 2014. Por aquel entonces, pocos se hubieran imaginado esa apuesta culé con un jugador tan polémico, protagonista de escenas negativas en Holanda, Inglaterra y España; incluso acusado de insultos racistas por parte del francés Evra. La inversión fue fructífera pero puso en tela de juicio los valores del club.

Lo otro llamativo es la falta de castigos para el goleador. Hace unos años sin la tecnología en el fútbol, quizá se podía aceptar, a pesar del malestar de los hinchas. Nosotros, en el Estadio Nacional, lo vivimos en aquel penal que inventó ante la marca de Christian Ramos.

Hoy, con árbitros en la línea de fondo y VAR de por medio, Luis Suárez sigue sacándole la vuelta al juego limpio. Con un jugador tan fantástico como el ‘Pistolero’ solo se debería hablar de fútbol.

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