La afición está en llamas los futbolistas también cuando caminan por la pasarela hacia el escenario y se elevan chorros de fuego en señal de celebración: el Galatasaray presenta a sus nuevos fichajes, entre ellos la estrella del año, Radamel Falcao.
"Falcao, Falcao", ruge la afición en el Türk Telekom Stadyumu, el nuevo hogar futbolístico del "Tigre" Falcao.
Desfilan Mario Lemina, Emre Mor y media docena de fichajes locales, entre los gritos de la afición.
Pero cuando llega Falcao, la hinchada estalla. El fondo sur se llena de bengalas, pese a que el club ha prohibido estrictamente a sus seguidores entrar con artefactos pirotécnicos.
En un momento, el campo entero, con el escenario montado en el centro, queda envuelto en nubes de humo. Entre ellas camina el presidente, Mustafa Cengiz, trajeado, para sentarse con los jugadores y proceder a la ceremonia de firmas.
El delantero colombiano sonríe, saluda a las gradas. Sube al escenario, pero el entusiasmo del público le hace volver. Se pasea por la pasarela ante un público entregado.
En el fondo sur, donde reinan los 'ultrAslan', los 'ultraleones', un panel preside las gradas: un dibujo mitad felino, mitad rostro humano, cruzado por las palabras 'El Tigre'.
Es la estrella de la temporada. Lo fue ya antes de llegar, el domingo pasado, en avioneta privada a Estambul, donde fue recibido a pie de pista por miles de hinchas.
Durante todo el mes de agosto, la prensa deportiva turca había convertido al goleador colombiano en la telenovela del verano: ¿viene, no viene?
La tensión se mantuvo hasta el último momento: el tuit del Galatasaray con la frase "#MissionFalcaoComplete 100%" salió solo 40 minutos antes de que expirara el plazo para formalizar fichajes.
Falcao ha firmado por tres temporadas con el equipo turco, con un sueldo de cinco millones de euros.
Ahora, la hinchada tiene su ídolo. Con familia: en la zona VIP está sentada la mujer del goleador, la argentina Lorelei Tarón, con las tres hijas de la pareja. Quien puede se acerca a hacerse un 'selfie' con ella. Y ella regala sonrisas a todos.
El 'Tigre' ya puede empezar a rugir en Estambul.
(EFE)