El brasileño Tinga, quien fue víctima de insultos racistas en Huancayo en el duelo entre Real Garcilaso y Cruzeiro, se reunió hoy con la presidente de Brasil Dilma Rousseff, como parte de la campaña para combatir cualquier tipo de discriminación durante el Mundial.
También participó el árbitro Marcio Chagas, víctima en un partido local, y el jugador aseguró que conversaron de lo sucedido en Huancayo. "Fue importante porque mostró que ella está preocupada con lo que ocurrió conmigo, con Marcio y con (el también futbolista) Arouca", declaró Tinga en conferencia.
Rousseff ha venido manifestándose en contra de estos actos y anunció que el Mundial de Brasil, país con el 50.7% de población negra o mulata, será un evento en contra del racismo.
Mira el cartel que los huancaínos le dedicaron a Tinga para disculparse.
"Esperamos que podamos concienciar a la población que el respeto es un factor de educación", afirmó Tinga, quien le regaló a la jefe de Estado una camiseta del Cruzeiro, tradicional rival del Atlético Mineiro, el equipo de corazón de Rousseff.