Alex Rossi y su terrible batalla contra el consumo de crack - 1
Alex Rossi y su terrible batalla contra el consumo de crack - 1
Redacción EC

MIGUEL VILLEGAS

Le decían el Toro Indomable y tenían razón. La corrida en noviembre de 1995 lo prueba: ni con policías iba a poder detenerlo Jorge Soto a Alex Sandro Rossi, el punta brasileño que fichó Markarián para la ‘U’ en el 95. El video está en You Tube y cada vez que un hincha lo recuerda va y le da clic. Fue un golazo memorable, una corrida de 60 metros, un ejercicio de resistencia. De garra. El video está ahí, para los hinchas. Y se emocionan. Y celebran. Y hasta extrañan tener a un delantero potente y con gol como Rossi.

Noticias de él casi no se tenían, hasta lo aparecido hoy: el medio brasileño Zero Hora publicó la historia de Rossi, el delantero que hoy enfrenta una batalla contra las drogas. El relato es doloroso: “Con la muerte de su padre, la venta de la finca, la separación de Rossi , Alex cayó. Comenzó a fumar marihuana y a consumir cocaína durante mucho tiempo”, escribe el periodista Jones Lopes da Silva. 

Lo encontraron hospitalizado en una granja terapéutica de Ivora, cerca de Santa María, en el estado Rio Grande do Sul. Le había pasado de todo en este tiempo. Se separó de muy mala manera de su primera esposa, Vanessa Eker, con quien estuvo casada 12 años y tuvo dos hijos, Sandro y Bruno. Fue a la cárcel por no poder pagar la pensión para ellos.

Pero ya había sido golpeado peor: la muerte de su padre.

En 2003, siete años después de su paso por Universitario, Rossi se fue a vivir en la granja de su natal Cacequi. Su padre, José Alexandre Rossi, había caído enfermo de cáncer. Hasta que a los 36 años, el delantero ex Rosario Central, Cerro Porteño, Gremio y Corinthians se quedó huérfano de padre. “Era mi ídolo, y también mi primer hincha. No pude más”, dijo en Zero Hora.

Lo que no pudieron hacer los defensas, lo hizo el 'crack', el nombre vulgar de un terrible derivado de la cocaína. Rossi tuvo que ser internado 21 días en el Instituto de Salud, Educación y Vida de Ivora, para desintoxicarse. Salió vivo. Ganó.

“De nada sirve decir: No lo haré más. Mejor no lo hagas nunca”, es el mensaje de Rossi hoy, en vías de recuperación.

Con 46 años, ya sin la peluquita rubia, ni la fuerza de entonces, Alex Sandro Rossi sigue corriendo. Y esta vez, como aquella tarde del Nacional ante Jorge Soto, va a salir ganador. Y va a celebrar con todo derecho.

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