Redacción EC

JUAN AURELIO ARÉVALO 

El nombre por sí solo ya sonaba ridículo: la dupla ‘Ma-Ma’. y . Uno se dedicaba a la farándula y el otro a comer empanadas, pero los dirigentes de versión 1998 pensaron que juntos la iban a romper. De Martínez ya hemos escrito hasta el cansancio. Primero en las páginas deportivas, luego en espectáculos y últimamente en policiales, así que mejor nos concentramos en el hermano de Diego.

Puede que ya no se acuerde, pero en la primera semana de 1998, América Televisión organizó un concurso con dos preguntas: qué color de terno usaría en su matrimonio y si estaría en la ceremonia. Esta idiotez tuvo bastante éxito, aunque nadie adivinó que Diego mandaría a su hermano de reemplazo. 

“Mi llegada a Lima surgió en esa boda”, le contó ‘Lalo’ a DT. Un empresario televisivo le preguntó si le gustaría jugar en el Perú y, como había 70 mil dólares de por medio, ‘Lalo’ se sacó la camiseta del Toronto Italia de Canadá y con 32 años se puso la franja.

Antes de eso había jugado en sabe Dios qué club de Miami y Venezuela, pero él prefería recordar que su debut fue en Boca en la temporada 86-87. Ahí llegó a estar en una Libertadores frente a River, algo que nunca logró Diego. Lo que no contó fue que solo estuvo en tres partidos oficiales y contra River solo jugaron suplentes porque los xeneizes ya estaban eliminados.

Pero como el fútbol peruano es generoso (pregúntenle a De Luca, Maceratesi y Chulapa) aquí fue recibido con los brazos abiertos.  “¿Cómo te defines?”, le preguntó un periodista. “Yyy, soy hábil. Tengo potencia en el remate. Casi como Diego”. Pronto los hinchas se enterarían de que el único parecido estaba en el corte de pelo.

El sábado 31 de enero de 1998 fue el gran día. “Era verlo y no creerlo. El Deportivo Municipal, el equipo de los veinte hinchas por partido, jugaba ante el modesto Platense argentino y más de cuarenta mil personas se apretujaron en las tribunas del Nacional”, escribió Francisco Sanz.

Cómo no ilusionarse si en la cancha estaba Amoako con Calcaterra,  el ‘León’ Rodríguez, Martínez  y el ‘10’ era Maradona. Al final fue triunfo edil por 3-2. Partidazo. Con gol de ‘Lalo’ incluido. Pero el campeonato empezó y ahí nomás. Alianza le metió un 7-0 al equipo de ‘Titín’ y chau aplausos, adiós ilusión.

Todos los palos cayeron sobre el argentino. Hasta el dirigente del Muni Luis Saettone llegó a decir: “El equipo está jugando prácticamente con 10 hombres porque Maradona no aporta nada al equipo”. DT lo fue a buscar y le preguntó si se haría una autocrítica “Yyy, no. Creo que no ha rendido el equipo”. Eso fue el colmo. Cinco días después, los dirigentes le cerraron las puertas del entrenamiento y ‘Lalo’ terminó presentando una denuncia en la comisaría de San Luis.

Tras su paso por el Muni nadie supo de él hasta hace dos años cuando protagonizó un comercial para “Clarín”. El spot es un homenaje a su carrera futbolística con el fondo musical de “La mano de Dios”, del ‘Potro’ Rodrigo. Y dice así: 

–A la sombra nació, de su hermano mayor. 
–Él quería la ‘10’, le dieron un bidón. 
–Enfrentó la adversidad de no haber gambeteado un solo cono en su vida.
–A poco que debutó...
–¡Es Lalo! ¡Es Lalo! 
–La doce fue quien coreó: –¡Véndanlo! ¡Véndanlo!
Si presta atención, verá que en el segundo 20, el entrenador lo llama para reemplazarlo por un perro gran danés. En la pared detrás de la banca está escrito el nombre del club. Adivinen... “Deportivo Municipal”.

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