Pablo Bengoechea sigue sin encontrar el correcto funcionamiento del equipo. (Foto: USI)
Pablo Bengoechea sigue sin encontrar el correcto funcionamiento del equipo. (Foto: USI)
Julio Vizcarra Torres

Lo del miércoles en Matute fue la crónica de una muerte anunciada o cantada si quieren. La primera fase de la Sudamericana le quedó grande a Alianza, aun más al tener a un rival histórico como Independiente, que para suerte de los íntimos nunca reflejó en el marcador todo lo superior que fue en Avellaneda y La Victoria.
Ahora, más que buscar culpables, debería ser tiempo de un análisis. Uno profundo que no solo se quede en Pablo Bengoechea y el pobre desempeño de su Alianza, sino que dirija las miradas a los dirigentes y los haga reflexionar sobre el rumbo por el cual están llevando a la institución.


Sí, es verdad que el equipo del ‘Profesor’ muestra poco funcionamiento, una defensa tan frágil como una casa de paja y los mismos errores no solo de este año, sino de anteriores. Porque la imagen que dejó Alianza frente a Independiente fue la misma que amargó el paladar del hincha blanquiazul frente a Barcelona en el 2014 o ante Huracán al año siguiente. O si quieren en todos los años en los que se tuvo que conformar con un cupo internacional.

Libertadores, Sudamericana, torneo local, pónganle el nombre que quieran, las sensaciones decepcionantes para el seguidor grone son las mismas y varias de ellas llegaron de la mano con la humillación.
Cambiar de técnico no es el camino. Desde el último título íntimo en el 2006 han pasado 12 entrenadores y nada cambió. La película del último miércoles ya se vio antes con Valencia, Sanguinetti, Roverano y Mosquera. Un equipo sin actitud que ni siquiera compite. Aquello se volvió a ver frente al club argentino, al igual que el poco acierto en La Victoria al momento de fichar. Salvo Aguiar, quien tiene algún crédito por sus 8 goles en el Torneo de Verano, los demás están en deuda. Son un símil de la propuesta de Bengoechea desde el banquillo.

“Alianza necesita un título, no jugar lindo”, dijo el ex seleccionador de Perú el día de su presentación. El problema es que luego de 17 cotejos oficiales el cuadro íntimo está lejos de todo. Pero, al final, el ‘Profesor’ es una víctima más de este círculo vicioso en el que se ha convertido el club blanquiazul, con decisiones alejadas de una planificación seria que solo busca evitar la vergüenza del ‘quino’. Desde el 2012, ninguna administración temporal saca ventaja en el plano deportivo. Y la actual, liderada por Renzo Ratto, va por el mismo camino. Alianza tiene pocos recursos, a tal punto que no pudo cerrar los fichajes de Corzo o Mayora, quienes terminaron en Universitario y Municipal. Podríamos decir que lo poco que tiene lo invierte mal. Los resultados hablan por sí solos.

La luz al final del túnel es que los dirigentes tengan cierta visión y vean este mal momento como una oportunidad no para meter mano al equipo, sino para realizar un plan a la altura de Alianza Lima. Que se olviden del ‘quino’ o de la ‘mayoría de edad’ y que ataquen el problema de fondo: los escasos cimientos institucionales que arrastra el club blanquiazul. 

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