A esa renovada aritmética del delirio que se instala en el fútbol peruano cada vez que se aproxima el final de un campeonato se le suma, esta vez, una situación convulsa que lo desluce. En pleno octubre, es un hábito que los clubes, fixture en mano, presupuesten los puntos que necesitan para alcanzar la cima. En el caso de no lograr el título saben que el dinero de la Copa Libertadores consuela espíritus. Esa es la meta. Por eso, la ‘U’, Alianza y Cristal, los tres candidatos de siempre, deberían estar preferentemente enfocados en cerrar bien el año. Es una lástima que una controversial medida de la federación haya encendido la mecha.
Lejos de funcionar como un corpus unido, con una posición monolítica al respecto, los grandes de nuestro fútbol no se han puesto de acuerdo. Para peor, estos asuntos legislativos que deberían decidirse en oficinas pretenden ser trasladados al campo de juego por no pocas voces malintencionadas. Universitario que, en principio, tenía una perspectiva opositora a los nuevos y polémicos estatutos de la FPF, con o sin razón decidió, inesperadamente, cambiar su postura inicial. La repentina metamorfosis de la directiva merengue ha servido para que la suspicacia aumente en proporciones logarítmicas. “A partir de ahora van a cobrar todo para la ‘U’”, se lee seguido en redes sociales. No nos parece justo. En un mundo ideal, lo uno nada tendría que ver con lo otro.
El fútbol es un oficio de paradojas. Por eso, es difícil profetizar lo que ocurrirá en la cancha de ahora en más. Pareciera que, de todas formas, lo que se avecina favorece a los de Ate. De las seis fechas restantes, la ‘U’ debe abandonar Lima solo en dos ocasiones: una en Cajamarca, que es el territorio menos complicado de las ciudades de altura; y la otra, frente a la Vallejo en Trujillo. Es precisamente en esa plaza donde Universitario registra su única derrota ante Mannucci.
A Cantolao, Municipal, Garcilaso y Ayacucho, la ‘U’ los enfrentará en la capital. Para sostener el ritmo, los de Comizzo deberán encontrar, dentro de su reducido plantel, mejoras ofensivas. En la retaguardia, y sobre todo en el arco, la crema tiene buenos custodios.
Los íntimos, con una sola unidad detrás de la ‘U’, recibirán en Matute al Mannucci, al Alianza Universidad y a Huancayo. Pero tendrán que vérselas de visita contra Melgar, Comercio y Binacional. El camino no es fácil, pero si Alianza aliña su buen juego ofensivo con una defensa menos distraída puede dar pelea.
Cristal, a tres puntos de la ‘U’, luce renovado con el interesante Manuel Barreto. Ha mejorado su propuesta. Se medirá en Lima contra Pirata, San Martín, Mannucci y Alianza Universidad. El desafío será traerse algún botín desde Arequipa o Puno.
“La justicia futbolística no puede ser perfecta por una razón decisiva: El árbitro no es un enviado de Dios ni de Hacienda”, escribe Villoro en su artículo “Me alquilo para sufrir”. Tiene razón. Los funestos trabajos referiles han beneficiado, casi siempre, a los tres grandes: a los celestes les hicieron repetir, absurdamente, un tiro desde los doce pasos que habían desperdiciado; a los cremas les obsequiaron un penal en Huancayo, y no le sancionaron el de Corzo en el clásico. Y a los blanquimorados les regalaron una pena máxima y le condonaron dos expulsiones frente a la San Martín. La mala jurisprudencia de los árbitros ha ocurrido casi siempre en desmedro de los ‘chicos’.
Así las cosas, lo importante parece ser llegar en buena forma a las semifinales del Torneo Nacional. Allí, el ganador del Apertura, el ganador del Clausura y los dos con mejores puntajes decidirán al campeón del fútbol peruano.
Que gane el mejor. Y que todo, por amor de Dios, conserve la transparencia.