El técnico napolitano llegó a la Juventus para reemplazar a Massimiliano Allegri, quien se marchó tras conseguir cinco Scudettos consecutivos con la 'Vieja Señora'. (Foto: REUTERS).
El técnico napolitano llegó a la Juventus para reemplazar a Massimiliano Allegri, quien se marchó tras conseguir cinco Scudettos consecutivos con la 'Vieja Señora'. (Foto: REUTERS).
/ Massimo Pinca
Guillermo Oshiro Uchima

En un fútbol tan encorsetado tácticamente como el italiano, una propuesta abiertamente ofensiva como la que proclama la Juventus de Maurizio Sarri despierta gustos ocultos en los ‘tifosi’. Fuera de los linderos del ‘calcio’, la filosofía del adiestrador napolitano de 60 años toca también las fibras íntimas de los críticos más exigentes. No son gratuitos los elogios que César Luis Menotti le prodiga. El campeón del mundo con Argentina en 1978 ve en Sarri al césar que puede izar la bandera de una ideología opuesta al ‘catenaccio’ y que ha sido rechazada históricamente en un imperio irreductible, monocorde, reacio sobre todo a las influencias extranjeras del preciosismo.

Aunque Sarri prefiere rotar a algunos jugadores, en los últimos partidos ha optado por mantener siempre el 4-3-1-2 como sistema. (Foto: AFP).
Aunque Sarri prefiere rotar a algunos jugadores, en los últimos partidos ha optado por mantener siempre el 4-3-1-2 como sistema. (Foto: AFP).
/ MARCO BERTORELLO

“Sarri en la Juve es una gran sorpresa. Él podría ser mi heredero, estaría agradecido y honrado. Me gusta más esta Juve que la anterior porque juega bien con el balón”, explica Menotti.

La visión del ‘Flaco’ coincide con la perspectiva de la familia Agnelli, que se cansó de Massimiliano Allegri, gestor de los cinco últimos Scudettos de los ocho consecutivos que tiene la ‘Vieja Señora’. Con ‘Míster 33’ –apodado así porque en sus inicios con el Empoli tenía ese número de jugadas para ejecutar las pelotas paradas–, la ‘Vecchia Signora’ pondera un juego más alegre, más vistoso, menos rígido. Ello ha favorecido sobre todo a jugadores de buen pie como Miralem Pjanic, quien ahora puede explorar su creatividad con total naturalidad en favor de la estética del equipo.

“Comenzamos a entender la filosofía de Sarri y mejoramos en cada juego. Este equipo se está divirtiendo y creo que será más fuerte a lo largo de la temporada”, explica el bosnio. Sobre él gira el fútbol de la Juve, es el director de orquesta, el ‘regista’ que establece el ritmo del juego y la dirección del balón.

El volante bosnio Miralem Pjanic es el cerebro de la Juventus de Sarri. (Foto: AFP).
El volante bosnio Miralem Pjanic es el cerebro de la Juventus de Sarri. (Foto: AFP).
/ MARCO BERTORELLO

A los lados del bosnio alternan los pretorianos Adrien Rabiot, Sami Khedira, Blaise Matuidi, Emre Cam y Rodrigo Bentancur. Con ellos se establece una primera línea de volantes con mucho músculo en el 4-3-1-2 que ha configurado Sarri tras la lesión de Douglas Costa –con el brasileño el esquema preferido era el 4-4-2–. La consigna es presionar bien arriba, en campo rival y tener siempre la pelota. La posición de enganche se la rotan Federico Bernardeschi y Aaron Ramsey.

Una de las grandes apuestas de Sarri está arriba: Paulo Dybala es segundo delantero detrás de Cristiano Ronaldo o Gonzalo Higuaín. Los números del argentino hablan de su resurrección: 4 goles en 10 partidos. ¿Y por qué no los tres juntos? “Juntarlos es fascinante para el que ve el fútbol en un bar, pero es necesario tener equilibrio. Podemos tener esa opción en consideración para momentos puntuales de partidos”, expone Sarri, quien también opta por dosificar los minutos de sus cracks, sobre todo los de ‘CR7’, al que desea tener en plenitud en cada juego.

La otra medida que ha causado sorpresa fue la reconversión de Juan Guillermo Cuadrado. El colombiano está redondeando una buena temporada como lateral derecho, donde utiliza el carril con velocidad y mucha proyección para ser un arma ofensiva al igual que en el otro extremo lo hace el brasileño Alex Sandro.

El once de Sarri está configurado para ser ofensivo, quizá por ello todavía tenga algunas grietas defensivas que no ha podido resolver. Y las críticas señalan a Matthijs de Ligt, el refuerzo estelar de 85 millones de euros al que todavía le cuesta acoplarse con Leonardo Bonucci en el centro de la zaga. Ahí está el déficit: 9 goles en contra en 10 juegos de la Serie A y 3 tantos encajados en igual cantidad de encuentros en la Champions League. “Tenemos que mejorar en defensa, aunque no concedemos mucho en el juego corrido. Debemos evitar algunas acciones a balón parado”, exige el napolitano tras el increíble empate 1-1 ante Lecce del fin de semana. Lo volvió a sufrir el miércoles cuando el Genoa le empató transitoriamente en el duelo que finalmente venció por 2-1 con gol de penal de Cristiano Ronaldo en los descuentos.

El argentino Paulo Dybala ha encontrado su lugar en el campo como segundo delantero, bien cerca del área contraria. (Foto: REUTERS).
El argentino Paulo Dybala ha encontrado su lugar en el campo como segundo delantero, bien cerca del área contraria. (Foto: REUTERS).
/ CIRO DE LUCA

El miércoles la Juve de Sarri amplió a 13 juegos su invicto esta temporada (10 en Serie A y 3 en Champions) para recuperar el liderato del calcio -el Inter de Antonio Conte quedó un punto abajo- y seguir siendo el único grande de Europa que no conoce la derrota en este arranque de temporada (Wolfsburgo tampoco ha perdido).

Con el invierno tocando las puertas del Viejo Continente, esta nueva Juve calienta con su propuesta agradable la frialdad táctica del ‘calcio’. Bien dice Pep Guardiola: “El fútbol de Sarri es un brindis al sol”. Que siga siendo así.

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