Un niño ingresó en el campo de juego mientras los All Blacks de Nueva Zelanda festejaban el título del mundial de rugby, luego de vencer a los Wallabies de Australia en la gran final disputada en Inglaterra.

Un miembro de seguridad, muy atento, reaccionó de inmediato para detener al pequeño y tirarlo al suelo. Sin embargo, todo ocurrió frente a la atenta mirada de Sonny Bill Williams, uno de los jugadores neozelandeses.

Inmediatamente, Williams le pidió al sujeto de seguridad que se detuviera. Que todo estaba bien. Que le dejara acercarse. Cuando acompañó al chico de 14 años hacia la tribuna, tuvo un gesto notable: le regaló su medalla de campeón del mundo. 

La alegría y euforia se apoderó del pequeño y de toda la tribuna, que presenció el acto de Bill Williams. El chico, de nombre Charlie Lines, se volvió loco. No podía creer lo que había sucedido. Estaba más que contento de tener la medalla. 

"Yo estaba dando la vuelta de honor con mis compañeros y vi que un niño venía agotado y fue atrapado por un miembro de seguridad, que lo abordó. Me dio lástima”, dijo Williams.

“Cogí al niño y lo llevé con su madre. Traté de hacer la noche más memorable para él. Mejor que la medalla cuelgue de su cuello que del mío”, agregó Sonny Bill Williams.

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