Un rey sin corona. Ese podría terminar siendo el caso del surfista Piccolo Clemente. Aunque el tablista huanchaqueño se convirtió el miércoles en campeón mundial de longboard por segunda vez en su carrera, las chances de ser reconocido con los laureles deportivos, el máximo honor que otorga nuestro país en estas lides, parecen ser lejanas. Al menos por ahora.
En marzo de este año, el Consejo Superior de Justicia Deportiva y Honores del Deporte (CSJDHD), ente encargado de tomar la decisión de otorgar los laureles deportivos, le negó una primera petición de reconocimiento tras haber ganado el Mundial de Longboard en diciembre del 2013.
¿La razón? El torneo era organizado por la World Surfing League (antes Asociación Profesional de Surf) y este no es el organismo rector mundial de surf reconocido por el Comité Olímpico Internacional (COI). El que el COI reconoce es la International Surfing Association, conocida como ISA.
No puede haber alegría más grande que la de salir nuevamente campeón Mundial y regalarle este trofeo a mi país. pic.twitter.com/YOhBlO3ekH
— Piccolo Clemente (@bclemeter) diciembre 9, 2015
Criterios cruzados
Lo cierto es que, más allá de los tecnicismos, se sabe que los títulos de la WSL tienen mucho mayor valor deportivo que los de la ISA, pues el nivel de competencia en el primero es muchísimo mayor. Kelly Slater, el mejor tablista de la historia, por ejemplo, corre en el circuito profesional y no participa de los torneos ISA. A la WSL van los mejores del mundo, a la ISA solo algunos (y eso).
Ahora que Piccolo Clemente ha vuelto a ganar el Mundial de Longboard de la WSL -frente a los mejores del globo y dejando atrás en la final nada menos que a otro bicampeón mundial-, refrescar los criterios no estaría de más. El título de rey ya lo tiene, solo falta su corona.
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