Claudio Pizarro guarda la esperanza de integrar la nómina mundialista de la selección peruana. El experimentado delantero no ha sido descartado por el comando técnico de Ricardo Gareca. (Foto: USI)
Claudio Pizarro guarda la esperanza de integrar la nómina mundialista de la selección peruana. El experimentado delantero no ha sido descartado por el comando técnico de Ricardo Gareca. (Foto: USI)
Mario Fernández

Es como si Christian Meier jugara al fútbol. Bien parecido, exitoso, ultrawinner, no es ni por asomo la imagen de la derrota. Claro, basta que se asocie su nombre con la selección peruana para la ola de críticas lo cubra. debutó en 1999 y desde entonces, ha tenido Copas Américas decentes, pero Eliminatorias de pocos goles, lo que ha sido casi intolerable para una hinchada que esperaba que él fuera, por lo que hacía en Alemania, una mezcla de Franco Navarro con Perico León. 6 goles en 4 Eliminatorias dicen que no fue así.

¿Por qué el hincha peruano, o mejor, una buena parte de la afición, lo resiste? Pizarro es una mezcla de tres factores que lo jaquean. 1) Fue capitán de Perú entre el 2003 y el 2016, etapa de derrotas duras, y quedó como la cabeza visible de ese fracaso, sumado a que defraudó la expectativa goleadora que se tenía de él por su exitoso paso en Alemania 2) Su liderazgo, si lo tuvo, fue muy frío y falto de gestos; frases contra “las gallinas de Norte” – hinchas de la U- no son las que se esperan de un capitán que tiene que unir, no dividir. 3) Episodios polémicos como su pelea con Franco Navarro en 2005 –no quiso jugar un amistoso contra Chile- y su rol en la juerga del Golf los Incas en 2007 –aunque luego el TAS probó que no hizo nada- contribuyeron al mito de que Claudio se cuidaba las piernas y “no daba todo el Perú” (sic).

Fuera de esos argumentos, hay una razón más futbolera para no subirse al coche de una posible convocatoria de Pizarro al Mundial.. Y aquí la explico: Claudio compartió tiempo en la selección con Paolo, casi 14 años. Se trataba de dos indiscutidos, dos figuras que hacían pensar a la prensa (y a los entrenadores de turno) que solo había que rodearlos bien. Recuerdo incluso que se decía "hay que preocuparse de buscar a los otros 8, porque tres delanteros tenemos". La mayoría de técnicos eligió la idea del doble 9 para darles sitio a ambos, dos puntas de metro 85, que se dividían el área. Dicha figura, sin embargo, hacia que Farfán tuviese que jugar de extremo, es decir, alejado de su compadre Paolo, su teórico socio de punta natural.

La predilección de Autuori, Ternero, Chemo y Markarián por el “capitán Pizarro” impidió ver a Paolo como '9' puro y dueño total del área. Markarián disfrutó de Guerrero como centroatacante exclusivo en el Copa 2011, pero en las Eliminatorias no se animó a sentar a Claudio y 'confundió' su esquema, llenándose de delanteros y prescindiendo de cierta elaboración. Recién Gareca, favorecido porque era más fácil sentar a un Pizarro casi cuarentón que a uno de 33 años, nos dio la alineación que más favorecía nuestros intereses. Si me preguntan, creo que por incluir sí o sí a Pizarro como titular por default nos perdimos mínimo una década de ver a Paolo-Farfán adelante.

Y nos perdimos, creo, de un mejor Perú.

Contenido sugerido

Contenido GEC