Un análisis a la herencia que dejó Sergio Markarián al proceso de Ricardo Gareca en la selección peruana.
Un análisis a la herencia que dejó Sergio Markarián al proceso de Ricardo Gareca en la selección peruana.
Mario Fernández

Duda de aquel periodista que le cae bien a todo el mundo. O es un sobón o es un jefe de prensa encubierto. Ser periodista, y más deportivo, implica tomar postura y colocarse frente a la fuente a veces como confidente y a veces como crítico. Es un juego difícil de jugar y no siempre se sale ileso. Debo ser, sospecho, parte del grupo de periodistas con el que quedó molesto. Diferentes valoraciones de un mismo hecho –en este caso, su legado en la - deberían llevar a la sana discrepancia y no a la incomunicación total, pero cada quien es como es y Sergio ha elegido no dialogar más con periodistas de Lima. De hecho, ha declarado en Directv que a la prensa peruana le entregó oro –léase exclusivas, tiempo, disposición…- y le devolvimos latón.

Sobre sus dichos en la tele internacional, Markarián ha sido muy generoso con Oblitas (“Él ‘armó’ parte del Cristal del 97”) y (“Perú es el equipo que más me gusta de las Eliminatorias”), pero ha dicho también que dejó 25/30 jugadores para elegir y aquí sí discrepo claramente. Su textual exacto señala que cuando llegó “la selección tenía solo 5 jugadores (Pizarro, Vargas, Farfán, Guerrero y Rodriguez) y el resto era nebulosa” (sic). Luego afirma que sus trabajos de lunes, martes y miércoles con los jugadores locales fortalecieron la base, al punto que él cree que dejó 25/30 jugadores para elegir.

Vayamos por partes: Si Sergio señala que en 2010 encontró solo cinco futbolistas de élite es porque le daba rango de ‘jugador seleccionable’ a quien había pasado varias pruebas de nivel y no solo a quien había participado de algún microciclo. De aquel tiempo post Chemo, Markarián no le dio mérito de consolidado, por ejemplo, a Butrón, Zambrano o Ballón, por lo que desprendemos que su valoración del jugador ‘de selección’ debió ser bien alta. Con esa valla tan por encima, no comprendo, entonces, por qué cuatro años después le podríamos otorgar ese rango a cualquiera que tuvo algunos entrenamientos en Videna.

En otras palabras, ¿quiénes son y qué identidad tienen esos 25/30 probados que dejó? ¿fuera de los ex ‘fantásticos’ ya mencionados, del quinteto Advíncula-Carrillo-Yotún-Ramos-Ruidiaz que sí proyectó Markarián y de Ramírez y Cruzado, que le gustan a él pero no a Gareca, y, si se quiere, de Cueva y Corzo que podrían ser ‘hijos’ de ambos procesos, dónde están los otros 15 futbolistas que se forjaron en su gestión y tenemos ‘para elegir’? Porque una cosa es reconocer que incorporó como herencia, no sé, a Yotún y otra comernos la galleta de que Aparicio o Gambeta, que jugaron en la última etapa de su ciclo, están para los grandes retos.

Lo objetivo del ciclo Markarián es decir que aportó hasta 5 titulares del actual equipo de Gareca y estos son –lo repetimos- un Advincula que en su etapa recibió insultos (y hoy es fijo), un Ramos que era reprobado (y hoy ha sido hasta capitán), un Carrillo que parecía capricho (y hoy es clave), un Yotún que era un apuesta (y hoy es insustituible). También, de yapa, podría decirse que potenció a Ruidiaz como primer suplente de Paolo en la copa 2011 y dio harta pista a un Hurtado que recién ahora con Gareca parece pagarle tanta insistencia con él. Casos discutibles son los de Cueva y Corzo, a los que Sergio Markarián convirtió en ‘de selección’ en copas internacionales del 2011, pero a los que después el ‘Tigre’ les cambió la cabeza para bien. Hasta ahí lo demostrable. No cito como mérito de Sergio ni a Gallese ni a Flores –también titulares hoy- porque esas proyecciones, en todo caso, serían obra de la etapa de Bengoechea, no suya. Tampoco incluyo a Tapia, al que quiso, promovió y destacó, pero nunca pudo hacer debutar en la selección adulta por diferentes razones. En todo caso, trabajar la base de 5 de 11 titulares no es poco para nada, pero, insisto, no llega a los 25/30 que él cree ver y nosotros no.

En resumen, Sergio Markarián, con su estilo, mejoró lo hecho por Chemo y ha dejado una mejor base de la que recibió, pero de ningún modo en los tamaños que afirma. Eso pienso y eso digo. Es su trabajo de técnico exponer su parecer, pero es el mío como periodista analizar y esta vez discrepar. Cada quien en su lado.

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