(Foto: El Comercio)
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Luis Fernando Alegría

El Congreso tiene en su agenda la prórroga del . Las cifras del Banco Central de Reserva (BCR), en su último Reporte de Inflación, muestran que dicho esquema ha enriquecido a los trabajadores del agro.

En primer lugar, la autoridad monetaria señala que en los últimos 10 años la producción para agroexportación ha crecido 6,4% en promedio anual; muy superior al PBI agrícola descontando estos envíos (2,2%) y por encima del crecimiento de la economía total.
Este dinamismo ­–agrega– ha causado que, entre el 2010 y 2017, el número de trabajadores en el régimen agrario crezca 160%, pasando desde 147.000 hasta 382.000.

“La reducción de la informalidad y el aumento de la productividad en el sector han permitido el acceso a trabajadores con escasa educación y elevados niveles de pobreza a remuneraciones, en promedio, por encima de la remuneración mínima vital [RMV]”, anota.

En particular, el apunta que, al cierre del año pasado, un trabajador promedio del sector agropecuario formal percibía un salario mensual de S/1.365, una cifra que es 40% superior a lo que era la RMV hasta ese momento (S/850). En los últimos 10 años, además, el crecimiento promedio anual de los ingresos para estos trabajadores ha sido de 2,3%.

“Estos resultados favorables en la producción, el empleo y los ingresos de los trabajadores responden a la aplicación sostenida de un régimen laboral y tributario que toma en cuenta las características propias de la actividad agropecuaria orientada a los mercados externos”, explica.

IMPACTO SOCIAL
Los datos macroeconómicos evidencian el dinamismo que el régimen especial agrario ha contribuido a imprimir en el sector. Hoy el Perú está en el top ten de productores de espárragos, banano orgánico, paltas, alcachofas, mangos, arándanos, uvas, mandarinas, ajos y cebollas. Esto ha contribuido significativamente con la reducción de la pobreza en las zonas donde opera la agroindustria.

“El mayor ingreso generado por la mayor demanda de mano de obra bajo el régimen de promoción del sector agrario ha permitido una fuerte reducción de la en aquellos departamentos con empresas que declaran acogerse a este régimen. En los departamentos donde predominan las empresas agroexportadoras, la tasa de pobreza se ha reducido en más del 60% entre el 2004 y 2017”, resalta el BCR.

En Ica, por ejemplo, la pobreza bajó de 43,1% hasta 3,3%. En La Libertad, la caída fue desde 58,9% a 23,5%. En Lambayeque, la pobreza pasó de 58,3% hasta 18,5%, y en Piura, retrocedió desde un 73,4% a 28,7%.

Estos beneficios podrían llegar a más peruanos si se desarrollan y culminan proyectos de irrigación (como Chavimochic, Majes Siguas, Olmos o Alto Piura), además de incluir tierras agrícolas en las zonas andinas. El potencial de expansión de la tierra para la agroexportación moderna es de 77%, desde las 224.000 hectáreas actuales hasta 397.000 hectáreas, concluye el BCR.

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