La situación económica y sanitaria que vive el país -y todo el globo- debido a la pandemia ha causado que los limeños piensen dos veces antes de realizar alguna inversión. Aún si se trata de educación. De acuerdo a una reciente encuesta realizada por Global Research Marketing, (GRM), el 59% de encuestados no piensa realizar estudios de maestría o posgrado durante los próximos 12 meses, teniendo en cuenta la coyuntura actual.
Las principales barreras que los encuestados reconocen al momento de decidirse a estudiar una maestría o posgrado, en el país o en el exterior, son las altas inversiones que involucran y la necesidad de priorizar otros gastos. Este último punto, precisamente, se incrementó un poco este año frente a los dos años previos. Asimismo, en este último reporte aparecieron tres razones adicionales, estrechamente vinculadas al impacto de la pandemia: no tener suficientes ingresos, seguido de la coyuntura COVID-19 y el temor a perder el trabajo.
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“Debemos tener en cuenta que para esta medición 2020, el 29% de encuestados declaró que se encuentra sin trabajo y sin percibir ingresos, ya sea por suspensión perfecta o porque su remuneración tuvo un reajuste significativo. Además, el 80% considera que el nivel de desempleo en nuestro país está siendo muy alto, y esta respuesta conllevaría que la deserción en los programas de posgrado tenga un impacto significativamente mayor que en otros años”, comenta Giuliana Reyna, gerenta general de GRM.
Dentro de las principales acciones que piden los limeños encuestados es que, en un contexto como el actual, las universidades y escuelas de posgrado reduzcan tarifas, ofrezcan mayores facilidades de pago e implementen plataformas virtuales realmente innovadoras.
PRESENCIAL PIERDE TERRENO
En los últimos dos años, los limeños mencionaron que preferían llevar clases de posgrado bajo la modalidad presencial (Ver infografía) y en un segundo lugar en la modalidad semipresencial. Pero este 2020, a causa de la pandemia, esa foto ha cambiado drásticamente.
Como sabemos, dadas las circunstancias que vivimos a causa del coronavirus y como parte de las medidas para reducir los riesgos de contagio, las universidades y colegios han visto la necesidad - y el reto- de adaptar sus clases a un formato digital. Y todo indica que así será por todo lo que queda del año.
Según la data registrada en el reporte, en la encuesta realizada la última semana de junio, el 41% de encuestados afirma que preferiría seguir cursos de posgrado o maestrías de manera virtual, más de dos veces por encima de aquellos que preferían esta modalidad el año pasado.
La educación semipresencial también creció ligeramente, en línea a la tendencia desde hace unos años, como alternativa ideal para los limeños y las clases presenciales pasaron del 48% el año pasado al 16% en este momento.
“Siempre ha existido en el país una idea muy arraigada de que surte mejor efecto en el conocimiento la alternativa de clases en directo, presenciales. Sin embargo, para esta última medición apreciamos un cambio bastante importante y significativo: la preferencia por la educación virtual aumenta en 28%”, sostiene Reyna. Este resultado es claro efecto de la crisis ocasionada por la pandemia, por el temor a los contagios, y porque, como menciona la especialista, se incrementan significativamente las opciones de clases virtuales.
El gran desafío, agrega, estará en que las escuelas tendrán que innovar mucho en sus plataformas de enseñanza online.
Precisamente, respecto a este punto, Día1 conversó hace unos días con Daniel Navarro, director de grados y títulos de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu), quien ha dicho que la entidad está elaborando un reglamento que buscará flexibilizar lo estipulado en la Ley Universitaria, que establecía que los estudios de maestría y doctorado no podían ser dictados exclusivamente bajo la modalidad a distancia. Es decir, las universidades podían ofrecer el 99% de los créditos de manera virtual.
“Estas modalidades van a estar sujetas a una reglamentación que Sunedu viene preparando y que se va a adecuar al uso de las nuevas tecnologías de la información”, precisa Navarro.
El inconveniente, según Juan Manuel Ostoja, presidente de la Federación de Instituciones Privadas de Educación Superior (Fipes), es la limitación que tienen las universidades para ofrecer estudios de posgrado a distancia, ya que la Sunedu les exige licenciar cada modalidad por separado (presencial, semipresencial o a distancia) . El relicenciamiento, explica, podría demorar desde seis meses a más de un año.
Hasta el 2017, de acuerdo a información registrada en la web de la Sunedu, se reportaban 103 622 peruanos matriculados en algún curso de maestría, doctorado o segunda especialidad.
LAS PREFERIDAS Y EL EXTERIOR
Otro aspecto que abordó el estudio de GRM ha sido cuáles son las universidades más atractivas para llevar cursos de maestría y posgrado. En el ránking de este año lideran Centrum, ESAN, PUCP y la Universidad del Pacífico.
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En cuanto a los estudios en universidades del exterior, Reyna considera que puede haber una reducción por las fronteras cerradas y a las medidas que están tomando algunos países con los estudiantes extranjeros como ha sido el caso de Estados Unidos (que finalmente fue desestimada por ahora). “Esto genera una gran incertidumbre al ser una política extrema y llevaría a que cientos de miles de alumnos deban forzosamente regresar a sus países de origen”, comenta.
Esta situación de pandemia, avizora, propiciará a que muchas universidades de distintos países migren hacia una educación virtual o híbrida, lo que a futuro podrá nutrir el abanico de alternativas a evaluar de escuelas nacionales y del exterior, por lo que habrá una oferta más amplia.