La principal estrategia de Paolo Sacchi apunta a maximizar cada una de sus operaciones en los siete países en los que tienen presencia. Aun así, Perú seguirá siendo uno de sus principales polos de desarrollo (Foto: Rolly Reyna)
La principal estrategia de Paolo Sacchi apunta a maximizar cada una de sus operaciones en los siete países en los que tienen presencia. Aun así, Perú seguirá siendo uno de sus principales polos de desarrollo (Foto: Rolly Reyna)

Ha pasado más de un año desde que asumió las riendas de , la empresa peruana que ha logrado traspasar fronteras y hoy continúa bregando fuerte para consolidarse como una de las principales multilatinas de la región. Dejando atrás su paso por , el ejecutivo afirma haber aprendido mucho en esta etapa. Su principal objetivo: crecer y abrir más mercados.

El año pasado iniciaron la transformación de su modelo logístico, ¿qué cambió?
Ransa es una empresa que tiene 80 años y en su ADN tiene la transformación para darle un mejor servicio y de alta tecnología a los clientes. La gran transformación está en todos los negocios que maneja Ransa: logística, empaque de fruta, ‘warrant’ o servicio financiero y logística automotriz.

¿Han crecido como esperaban? Porque en el 2018 cerraron con poco más de US$330 millones de facturación y en el 2014 fueron US$370 millones.
Los años 2015, 2016 y 2017 fueron muy difíciles para la industria logística y también para Ransa. Dependíamos mucho de la minería y, a partir del 2016, los proyectos mineros comenzaron a reducirse y, por ende, se redujo la facturación de Ransa.


¿Qué tanto se ha reducido el aporte de la minería en la facturación total?
Era mucho más importante de lo que es hoy, pero lo hemos compensado con otros negocios. También hemos tenido muy importantes crecimientos en Ecuador, Colombia, Bolivia, Honduras, Salvador y Guatemala.

Si los últimos años fueron muy difíciles para la industria y para Ransa, ¿qué hicieron bien para salir adelante?
En los últimos dos años, hemos focalizado el negocio, nos hemos orientado al cliente y hemos sido eficientes en costos. La expansión internacional también ha ayudado bastante.

¿Qué tan importantes son sus operaciones afuera?
Estamos en siete países y tenemos más de 6.000 trabajadores. El 44% de los ingresos de Ransa proviene del extranjero.

¿A qué apuntan en el 2019?
La facturación está proyectada a crecer alrededor de 7% y buscamos mantener ese crecimiento para los siguientes años.

A nivel interno, ¿mantienen la aspiración de ingresar a nuevas provincias considerando que ya están en 14 ciudades?
Vamos a seguir abriendo operaciones en cualquier país y en cualquier ciudad, en donde exista necesidad y podamos aportar valor.

¿Tienen alguna ciudad en cartera?
Hemos tenido importantes inversiones en Chiclayo y estamos mejorando nuestra infraestructura en Arequipa y en el centro del país. Y seguiremos teniendo oportunidades.

Con Chiclayo, ¿cuál es el objetivo considerando el futuro de la agroindustria?
En Trujillo, Chiclayo y Piura, en donde existe una gran oportunidad en la agroindustria, la capacidad instalada actual nos aguanta para los siguientes dos años porque invertimos con una visión de largo plazo.

¿Cuánto invierten en modernizar sus operaciones en toda la región?
En los últimos cinco años invertimos más de US$135 millones en el crecimiento de la capacidad, y proyectamos otros US$50 millones para los próximos cinco años.

¿Cuánto correspondió al 2018?
Invertimos US$30 millones a nivel regional. Hemos invertido en nuevos centros de distribución (CD) en La Paz y Guatemala y mejoramos nuestro CD en Arequipa.

Desde el 2015, si no es antes, hablaban de ingresar al triángulo sur de Centroamérica (Panamá, Nicaragua y Costa Rica), ¿mantienen esos planes?
Dentro de la nueva estrategia que se enfoca en nuestros clientes y trabajadores, todavía es importante esa consolidación antes de seguir expandiéndonos a diferentes países. Eso es lo primero en el 2019.

¿Y en el 2020?
A partir del 2020 podríamos ver oportunidades en otros países.

¿En esos tres países o podría ser otro?
No me atrevería a decir que fuera de la región. Latinoamérica ya es una región importante y grande. Estamos en 22 ciudades y tenemos más de 50 almacenes, pero todavía tenemos camino por recorrer.

Y de los siete países, ¿cuál comanda la facturación después de Perú?
Perú es uno de los más importantes, le siguen El Salvador y Colombia.

¿Hacia dónde apuntan en Colombia?
En Barranquilla y Bogotá, todavía tenemos capacidad para los siguientes dos años. Y, en Cali inauguraremos un almacén en febrero que puede significar un cambio importante.

¿En cuánto podría crecer la facturación de Colombia con ese cambio?
En los siguientes tres años, podríamos incrementarla en 30% o 35%. Con ello, Colombia sería un 70% de lo que es Perú.

Pero, en Perú tienen espacio para crecer.
Perú es uno de los grandes polos de desarrollo para el grupo. Estamos entrando al negocio de última milla (cliente final o punto de venta) en asociación con una compañía, y en logística automotriz nuestro CD en Lurín tiene el 40% del mercado de importación de autos y planeamos expandirlo a un 60% o 70% en los próximos dos años.

¿Qué visión tienen de su CD de Lurín?
El objetivo es tener dos grandes polos: Ransa San Agustín y Ransa Lurín, en donde ya tenemos un almacén de 6.000 posiciones y podríamos llegar a 20.000.

¿Cuál es la principal aspiración de Ransa dentro y fuera del país?
Hoy, el objetivo está en la consolidación de Ransa como una marca líder en el Perú y a nivel regional. Dentro de cuatro o cinco años, seremos una empresa totalmente regional.

¿En qué quedó la posible venta de Ransa de la que se habló hace unos años?
Más que de la gerencia, esa es una decisión de los accionistas. Estamos muy enfocados en mejorar y maximizar la rentabilidad, tratando que el valor de Ransa se duplique o triplique en los siguientes dos o tres años.

¿La venta ha quedado descartada?
No es una decisión que hoy podría decir que existe porque no existe, pero a futuro uno nunca sabe.

También se barajó la posibilidad de listar en bolsa, ¿sigue en pie?
Sigue siendo una posibilidad. Desde que llegué gestioné esta compañía como si estuviese en bolsa y hoy Ransa tiene un gobierno corporativo implementado y en caso los accionistas decidiesen tomar ese camino, será un camino mucho más corto, pero no está en los planes.

Su división inmobiliaria tiene activos por US$350 millones, ¿cómo los rentabilizan?
Nuestra división de negocio inmobiliario arrienda los inmuebles al área logística y a los otros negocios de Ransa. La oportunidad está en rentabilizarlos y evaluar si se pueden vender o utilizar con alguna Fibra, que puede ser una oportunidad para monetizar esos activos.

¿Ransa dejaría de ser su único cliente?
Así es, la idea es que nos podamos abrir a terceros este año.

Con las Fibras, ¿han avanzado algo?
Conversaremos con quien esté disponible para que nos ayude a capitalizar los activos que tenemos, independientemente de que sea del grupo o no. Por ahora estamos escindiendo esos inmuebles.

¿En dónde se concentran esos activos?
En Lima, pero también los tenemos en Arequipa, Pisco, Chiclayo, Paita y Piura.

En La Libertad, una empresa agroindustrial ingresó al negocio residencial, ¿podrían emularlos?
Depende en dónde esté ubicado el inmueble porque algunos están muy alejados de la ciudad. En Pisco se podría porque estamos muy cerca al centro de la ciudad pero no sé si en Arequipa o Paita.

Considerando que su CD de la Av. Argentina está muy cerca de una zona residencial en crecimiento, ¿podría suceder lo mismo?
En la Av. Argentina ya hemos cedido al Ministerio de Transportes 22.000 m2 para el pase del viaducto de Santa Rosa, que será un muy buen aporte para la descongestión de la Av. Faucett.

¿Pero podrían sumarse al ‘boom’ residencial que se ha gestado justo al frente de su CD?
Nosotros no vamos a invertir pero es una alternativa. Esa zona se va a convertir en una zona comercial. Todavía tenemos un negocio de graneles pero seguramente, en los siguientes dos o tres años, nosotros vamos a tener que mudarnos a alguna otra parte.

El objetivo de crecimiento de Ransa es claro, ¿cuál es su objetivo a nivel personal?
Convertir a Ransa en una empresa admirada y respetada por todos los peruanos, y que trascienda en el tiempo como una empresa multinacional.

¿Cuánto tiempo le tomará esa tarea?
Mínimo cuatro o cinco años.

Entonces, ¿se ve en el horizonte al mando de Ransa?
Sí, al menos que alguien cambie de opinión.

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