Julian Lockett empezó fabricando sofás cama junto a su amigo. (Foto: El Comercio)
Julian Lockett empezó fabricando sofás cama junto a su amigo. (Foto: El Comercio)
Lorely Requejo

Entre sus clientes se encuentran Essalud, la clínica Javier Prado y la clínica Ricardo Palma. Julian Lockett, un australiano que viajó al Perú en 1961, asumió el reto de conocer otro destino para desarrollar competencias que le permitirían establecer su negocio propio. Y, así, pasó de obrero a gerente. Hoy es .

—¿Cómo llegó la decisión de viajar a Estados Unidos?
Durante el gobierno de Velasco, había una especie de antipatía hacia los extranjeros y el panorama no era tan bueno: tratamos de exportar muebles hacia EE.UU. y no resultó. Entonces dije: “Este es el momento de hacer un quiebre para ir a EE.UU. y aprender”. Estuve casi seis años y medio ahí; trabajé en varias industrias, estudié Diseño Industrial y nos regresamos a comenzar de nuevo.

—¿Por qué apostó por los muebles de consultorio?
No vendíamos de forma directa muebles de salón de belleza, lo hacíamos a través de una empresa suiza. Luego, el Perú empezó a recortar las importaciones y ellos se desanimaron. Yo trabajé ahí, pero ese mercado era un negocio de centavos. El hospital era distinto, ya que el 95% del consumo hospitalario lo hacía el Estado.

—Así, con más experiencia en el sector, diseñaron después la cama vertical para partos.
La idea la trajo Hernán Garrido Lecca, cuando era ministro de Salud. Él había hecho un estudio histórico acerca del parto y antes se realizaba de forma vertical. Nosotros entramos a cubrir eso, asociados a una empresa polaca, y estamos tratando de introducir con ellos este producto en Europa.

— Su empresa también destaca por su apuesta por la capacitación. ¿Encontraron dificultades con los trabajadores?
Nosotros tenemos que hacer un trabajo que debería realizar el Estado, que es otorgar educación de calidad, ya que las personas [que vienen a trabajar] no están muy capacitadas y las exigencias de médicos y pacientes son grandes [con respecto a la fabricación de los mobiliarios].

—Ahora, sus hijos también forman parte de la empresa.
Ellos son los que deberían estar aquí, porque son más jóvenes. Pero, en realidad, yo soy líder en el tema técnico, en la visión de modernidad que debemos tener. La creatividad no solo puede estar en el producto, sino tiene que ser dirigida a la empresa y a los colaboradores.

—¿Cómo recibió la compañía el Premio LEC?
Fue una gran sorpresa; yo lo tomo en sentido didáctico. Esto puede ayudar a que los demás se entusiasmen y desarrollen las cosas mejor, y eso es bueno en un país donde existe tanta fatalidad. Se debe pensar que las cosas te tienen que salir bien.

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