Las bolsas europeas perdieron más terreno en su primer día de operaciones del 2019, ya que los temores sobre crecimiento mundial, guerras comerciales e inestabilidad política se traspasaron al nuevo año y los inversores buscaron seguridad en papeles considerados menos riesgosos.
Aunque la confianza ya había sido golpeada por decepcionantes datos de China, nuevos sondeos mostraron que la actividad manufacturera de la zona euro apenas se expandió a finales del 2018 en medio de una desaceleración más amplia.
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Las acciones de la zona euro bajaron un 0,3% y el índice paneuropeo STOXX 600 perdió un 0,2%, después de recortar fuertes pérdidas previas luego de un repunte en Wall Street.
La bolsa en París registró el mayor descenso, con una baja de un 1%, mientras que Fráncfort, Madrid y Milán pudieron cerrar en territorio positivo.
Los volúmenes de negociaciones en el STOXX 600 fueron muy bajos, ya que muchos inversores se encuentran de vacaciones.
Algunos analistas se sintieron cómodos debido al cambio provisional en la suerte del mercado durante el día ya que los inversores intentaron dejar atrás el 2018.
Aun así, los rezagados del año pasado recibieron los mayores golpes. Mineras, fabricantes de autos y bancos cayeron y los inversionistas se alejaron de partes del mercado más expuestas a la desaceleración en la economía mundial.
El sector de recursos básicos presentó el desempeño más débil, retrocediendo un 1,8%, al tiempo que el de autos cayó un 1,5%.
Los títulos de la fabricante de equipos médicos Gerresheimer se hundieron un 5,8% a su menor nivel desde julio del 2015, después de que JP Morgan rebajó su recomendación a "por debajo del mercado", según operadores.