El cobre se encaminaba el viernes a su cuarta caída semanal consecutiva ante las preocupaciones de que la debilidad del crecimiento económico reduzca la demanda, pese a que existe un déficit de suministro.
A las 11:50 GMT, el cobre referencial en la Bolsa de Metales de Londres (LME) subía un 0,01% a US$6.000,50 por tonelada, y acumulaba una baja de un 2,1% en la semana.
Los temores a que el crecimiento en China se esté enfriando y que la disputa comercial con Estados Unidos pueda agravar la desaceleración ha provocado una caída de un 17% del cobre este año.
Una corriente vendedora en las bolsas y en los mercados petroleros se sumaron a la tendencia bajista y el índice de acciones líderes chinas tocó el viernes su nivel más bajo en 33 meses.
Las preocupaciones con el panorama de crecimiento global probablemente lleven al precio del cobre debajo de US$6.000 por tonelada, pero un déficit de suministro que se extenderá en 2019 significa que no permanecerá ahí por mucho tiempo, comentó el analista Ross Strachan, de Capital Economics.
El mercado mundial de cobre refinado mostró un déficit de 168.000 toneladas en setiembre, afirmó el Grupo Internacional de Estudio del Cobre esta semana, lo que llevó el déficit entre enero y setiembre a 595.000 toneladas.
Eso se compara con un déficit de 226.000 toneladas en el mismo período de 2017. Cada año se consumen cerca de 24 millones de toneladas de cobre.
Las existencias de cobre en almacenes registrados en la LME están cerca de mínimos de 10 años, lo que sugiere que hay suministros ajustados, pero la proporción que aún no ha sido destinada para envíos casi se ha doblado desde fines de octubre, a 113.500 toneladas.
Los inventarios en la Bolsa de Futuros de Shanghái cayeron un 9,4% en la última semana a 110.702 toneladas y han perdido más de 300.000 toneladas en abril.
Fuente: Reuters