El último adiós a la tienda donde todos se llaman por el nombre
El último adiós a la tienda donde todos se llaman por el nombre
Redacción EC

Bloomberg. Una vez embolsados los productos, Dale Danahy da un cálido abrazo a una mujer que lleva 30 años comprando en su . Los abrazos se suceden en este frío sábado de Nueva Inglaterra en el sector de alimentos congelados. También en la panadería y la sección de carnes. Danah se despide de una vida que le inspiró su padre, que combinaba trabajo duro y diversión.

A los 59 años, es presidenta de Colella’s Supermarket de Hopkinton, Massachusetts, un lugar que el mundo conoce como punto de partida de la Maratón de Boston. Para la población local, es la sede del local de alimentos y bebidas que cierra sus puertas luego de 70 años.

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Danahy forma parte de la operación desde hace 45 años, dado que comenzó a los 14 en la sección de alimentos frescos. A lo largo de décadas ella y sus cinco hermanas trabajaron en el local. Tres se quedaron, y presenciaron su expansión y modernización hasta 2010, con una renovación de US$1,5 millones que le dio ventaja sobre la competencia.

(Foto: Getty Images)

Ahora que la actividad minorista ha migrado a la web, tiendas como Colella’s constituyen un ejemplo de las ya raras tiendas y cafés en un mismo local donde todos se conocen por el nombre. Los clientes que acudían a comprar alimentos encontraban vecinos y amigos.

“La gente me decía que pensaba dedicar cinco minutos a hacer unas compras y que tardaba 45 porque veía a todos sus conocidos”, dijo Danahy, que dirige la tienda de 1.950 metros cuadrados (21.000 pies cuadrados) junto con sus hermanas Diane y Sandy. “Lo que se ha perdido aquí es la comunidad”.

DECLINACIÓN DE LAS TIENDAS LOCALES
Se cuenta lo mismo en todas partes. Entre 2002 y 2007 cerraron 3.000 locales de alimentos, según los datos más recientes del Censo de los Estados Unidos. La tendencia se profundizaría al darse a conocer nuevas cifras más avanzado el año, según Stacy Mitchell, del Instituto de Autoabastecimiento Local.

(Foto: Getty Images)

El poder adquisitivo de cadenas más grandes como Stores Inc., que tiene ingresos anuales por alimentos de US$156.000 millones, es tan fuerte, que las tiendas de menor magnitud se han visto obligadas a consolidarse, dijo Mitchell, que dirige el grupo de Minneapolis.

Lo que queda es un contexto de precios imposible para comercios como Colella’s, cuyas ventas brutas de US$13 millones –en los mejores años- han declinado muy por debajo de ese nivel. Danahy, que se describe como una adicta al trabajo y que ha participado cuatro veces en la Maratón de Boston, recuerda la llegada a la ciudad en 2011 de Price Chopper, una cadena con 134 locales con sede en Schenectady, Nueva York. Price Chopper se quedó con más del 10 por ciento de las operaciones de Danahy. En el caso de un margen de ganancia que nunca supera el 2 por ciento, es una pesadilla.

¿Comisiones de ? Por favor. Danahy pagó US$110.000 el año pasado, de lo que en parte responsabiliza al desprecio por el efectivo de la generación más joven. Un muchacho quiso usar hace poco su tarjeta para comprar un pan de 89 centavos de dólar. Una mujer mayor que estaba detrás de él en la fila le dio un dólar para no hacerle perder dinero a la tienda, dijo.

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