La petrolera nacional saudita Aramco confirmó este domingo su próxima salida a bolsa, que podría ser la más importante de la historia, reflejo de la voluntad del príncipe heredero de transformar la economía del país, totalmente dependiente del petróleo.
“Saudi Aramco confirma su intención de entrar en Tadawul, la bolsa nacional saudita”, dijo la compañía en Twitter, tras recibir el visto bueno del regulador saudita del mercado financiero.
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“Es una etapa significativa en la historia de la compañía y un progreso importante para implantar ‘Visión 2030’, el plan director del reino para una diversificación y un crecimiento económico duraderos”, declaró por su parte el presidente del consejo de administración de Aramco, Yasir Al Rumayyan, en un comunicado.
“Visión 2030” es un plan puesto en marcha por el príncipe heredero Mohamed bin Salmán para preparar a la mayor economía del mundo árabe a la era pospetrolera.
Aramco debería sacar a bolsa el 5% de su capital, un 2% el día que empiece a cotizar en Tadawul, indicaron en octubre a la AFP fuentes cercanas a los preparativos.
El calendario inicial previsto apuntaba a una salida en dos fases: la primera en el Tadawul, en diciembre, y la segunda en 2020 en una bolsa internacional, según fuentes conocedoras del caso.
Sin embargo Rumayyan descartó este domingo este calendario. “En lo que concierne a la salida [internacional], lo haremos saber a su debido tiempo. Por el momento será solo Tadawul”, indicó, sin precisar la fecha.
La petrolera indicó que sus acciones estarán disponibles para los inversores institucionales, los ciudadanos sauditas, los residentes extranjeros en Arabia Saudita y los ciudadanos de los países del Golfo.
La salida a bolsa debería valorizar la compañía en entre 1,5 y 1,7 billones de dólares, según una fuente cercana al caso, la que sería la mayor capitalización bursátil de la historia.
La bolsa saudí cayó casi un 2% el domingo después del anuncio debido al miedo de que el gigante petrolero colapse por la operación, afirmaron varios analistas.
Inversores atentos
Aramco, considerada como la compañía más rentable del mundo, anunció en septiembre un beneficio neto en nueve meses de 68.000 millones de dólares. La petrolera solo anuncia resultados desde hace poco.
En 2018 tuvo unos beneficios de US$ 111.100 millones, más que los beneficios sumados de Apple, Google y Exxon Mobil.
La salida a bolsa estaba prevista desde 2016 y el príncipe Mohamed bin Salmán esperaba una capitalización de dos billones de dólares. Pero en 2018 decidió aplazar la operación porque la capitalización calculada por los banqueros, tras reunirse con inversores potenciales, era inferior a esa cifra.
Más tarde Aramco, que tenía prevista la primera parte de la salida a bolsa en octubre pasado, decidió aplazarla de nuevo a diciembre o enero.
La semana pasada, la publicación especializada Energy Intelligence citó fuentes según las cuales Arabia Saudita estaría dispuesta a aceptar una valoración de la empresa de entre 1,6 y 1,7 billones de dólares.
En lo que concierne a la valorización, las autoridades sauditas deben encontrar “un compromiso entre la preferencia declarada por el príncipe heredero y las realidades del mercado”, indicó Kristian Ulrichsen, un investigador del Baker Institute de la Universidad Rice de Estados Unidos.
“Como el proceso fue aplazado varias veces y forma parte del plan del príncipe heredero para transformar Arabia Saudita, los inversores internacionales estarán muy atentos a los resultados de Aramco en el mercado [financiero] interior”, dijo Ulrichsen a la AFP.
Un tesoro para el país
Aramco, que produce cerca del 10% del petróleo mundial, está considerado como el tesoro económico del país y el pilar de su estabilidad económica y social.
El gobierno está intentando que las ricas familias sauditas compren acciones de la compañía y algunos comentaristas afirman incluso que se trata de un deber patriótico.
Arabia está multiplicando esfuerzos para seducir a los inversores, a los que promete dividendos anuales de US$ 75.000 millones, según la web de Aramco.
“Una función importante de la introducción en la bolsa local es proyectar confianza en la empresa de cara al mercado internacional”, aseguró a la AFP Cinzia Bianco, una investigadora del European Council on Foreign Relations.