Bloomberg.- Liu Min, una futura madre de Pekín, está preocupada por el porvenir de su bebé. Se pone ansiosa cuando piensa en el paciente con cáncer de pulmón más joven de China, que tiene tan solo ocho años de edad. La contaminación del aire sin duda es un tema presente en la mente de los ciudadanos de la capital china – y ahora ha impulsado a tomar medidas a un artista que se encuentra a más de 1.100 kilómetros de distancia.
El diseñador y arquitecto holandés Daan Roosegaarde ha creado una “torre libre de smog", de 7 metros de altura, capaz de limpiar el aire y está listo para enviarla a Pekín en cuanto reciba la autorización de la oficina del alcalde, con quien dice haber tenido cinco rondas de negociaciones.
Su torre funciona como un gigantesco purificador de aire exterior, y Roosegaarde dice que es capaz de limpiar 30.000 metros cúbicos de aire en una hora. Eso significa que en un día y medio podría limpiar el aire correspondiente a un estadio de fútbol típico.
Funciona a través de la tecnología de ionización, similar a cómo se pega el pelo a la superficie de un globo. La torre consume una pequeña cantidad de energía, que equivale al gasto de un calentador de agua casero. El diseñador dice que ha limpiado en forma exitosa un parque en Rotterdam y que ahora está buscando socios en China para construir e instalar torres en el territorio.
Las diminutas partículas tóxicas conocidas como PM 2.5 pueden ser fácilmente inhaladas por los pulmones. Una investigación de Berkeley Earth, una compañía sin fines de lucro que realiza investigaciones científicas sobre el cambio climático, revela que 1,6 millones de personas mueren cada año por la contaminación del aire en China –una dura realidad de la modernización–.
Pekín ha lanzado diversas medidas, incluyendo reducciones de impuestos para la compra de vehículos híbridos, pero el periodo de cuatro días de smog a comienzos de diciembre, el peor del año, revela que aún existe un serio problema. La asfixia del smog es un flagelo que los residentes como Liu Min conocen bien.
PRIMERO PEKÍN
“Realmente me gustaría hacerlo primero en Pekín. Es la ciudad que me inspiró a crear esto”, dice Roosegaarde, agregando que quedó convencido tras más de dos años de viajes a la capital china. Ahora enfrenta un nuevo obstáculo: la oficina del alcalde sigue con postergaciones. “Es un tema muy sensible a nivel político”.
El arquitecto dice que también se le han acercado los fabricantes de aire acondicionado, incluyendo marcas chinas de aparatos para el hogar, como Gree Electric Appliances Inc. y Broad Group, pero decidió trabajar primero con los intereses públicos, a través del gobierno local y, posiblemente, la Universidad de Tsinghua, que también ha mostrado interés, según Roosegaarde. “Hay que generar confianza; esto es China”, dice.
A Roosegaarde se le ocurrió la idea de una torre libre de smog durante una visita a Pekín como orador en un evento de diseño en 2013. Él dirige un estudio en Holanda que elabora proyectos de arquitectura y diseño, con contratos y comisiones de los museos y de los gobiernos locales. La torre es el primer proyecto que se inició con su propio dinero. En julio, presentó el proyecto a Kickstarter con el objetivo de recaudar 50.000 euros (US$54.350) y terminó reuniendo 113.153 euros en dos meses. Una de las recompensas que ofrece a quienes contribuyan es un conjunto de anillos con un cubo formado a partir de las partículas de smog recolectadas, las cuales poseen un 42 por ciento de carbono. Y si se pone el “carbono bajo una alta presión, se obtiene un diamante”.
La meta más reciente de Roosegaarde es instalar sus torres en unos 20 a 25 parques públicos en Pekín. El diseñador planea ofrecer contratos de arrendamiento para reducir los costos. En un futuro le gustaría expandirse a otros países en desarrollo como India y México, que enfrentan problemas de contaminación del aire similares.
Las solicitudes de comentarios a través de llamadas y correos electrónicos a la oficina del alcalde de Pekín no tuvieron respuesta.