Amanece en Nueva Delhi, la metrópoli con más áreas verdes en el mundo, y una de las más contaminadas también (una densa niebla que no se disipa rodea la ciudad).
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Esta es India, tierra de contrastes, cuya sólida economía y vigoroso crecimiento (5% anual en el último lustro) ha fomentado la creación de una clase ‘A’ muy activa, que genera más millonarios que habitantes hay en España o Francia, pero donde – ¡he allí la contradicción! – la pobreza continúa siendo un lastre bastante pesado, pues actualmente aqueja a 363 millones de habitantes, el 30% del total.
En su oficina del distrito ministerial de Delhi, Rajnath Singh, ministro de Negocios Internos de India, enumera para la prensa latinoamericana (El Comercio está presente) los principales retos que el gobierno de su país se ha propuesto solucionar: pobreza, polución, déficit de infraestructura, de energía y, sobre todo, de educación. Un tercio de la población analfabeta global, 227 millones de personas, reside en India.
Nada de eso ha sido óbice, sin embargo, para que este singular país, con tantas limitaciones en casa, salga a conquistar el vasto espacio exterior.
EL CIELO ES EL LÍMITE
Los diarios de Delhi comentan, exultantes, el periplo del primer satélite indio en Marte, el Mangalyaan. Y no exageran. El artefacto costó la bicoca de 74 millones de dólares (diez veces menos que uno similar lanzado simultáneamente por la Nasa) y ha catapultado a la India, de un solo golpe, al selecto concierto de potencias que han alcanzado la órbita marciana: EE.UU., la Comunidad Europea y Rusia.
“India ha triunfado donde China y Japón han fracasado”, apunta con orgullo Hindustan Times, el diario más influyente de Nueva Delhi.
¿Cómo una nación con tantas limitaciones ha podido conseguir semejante éxito? Terri Bresenham, CEO de Healthcare India, apunta la siguiente respuesta: “Si la necesidad es la madre del ingenio, las limitaciones son la madre del ingenio de bajo costo”.
La misión india a Marte es prueba de ello. Es el triunfo de la ‘ingeniería de bajo costo’, actividad que los indios han desarrollado hasta alcanzar cotas de sublime perfección. No es solo el resultado de la mano de obra intensiva, que tanto abunda en esta tierra milenaria.
India es el segundo país más poblado del orbe. Actualmente da cobijo a1.236 millones de habitantes, pero en poco más de una década abrigará a 1.450 millones, superando a China. “El indio es desordenado. No sigue muchas reglas y tampoco es puntual, pero es muy insistente. Cuando empieza algo lo concluye a la perfección. El ejemplo más resaltante es el lanzamiento a Marte, que muestra insistencia, pericia y tecnología”, remarca Ravi Krishna, presidente de la Cámara de Comercio de la India en Perú (Incham).
Este es el país con el que el Perú empezará a negociar en los próximos días un Tratado de Libre Comercio (TLC) internacional. Actualmente, el intercambio entre ambos países bordea los US$1.000 millones, pero el TLC podría brindar mayor impulso a estas cifras. En este punto, cabe preguntarse: ¿Qué cabe esperar de la India?
Lea el artículo completo en la edición impresa de Portafolio Internacional publicado hoy en El Comercio.