Lionel Messi ya es parte del pasado del Barcelona. Jorge Messi, padre y representante del jugador, antes de embarcar a la capital francesa, confirmó que el rosarino de 34 años firmará por el Paris Saint-Germain (PSG). Pero, ¿quién hizo posible este fichaje? Se trata del jeque catarí Nasser al Khelaïfi.
Este multimillonario de 47 años fue el encargado de romper el mercado de las transacciones del fútbol al llevar a Neymar al PSG. En el 2017, desembolsó 222 millones de euros para tener en sus filas al brasileño y ahora haría realidad otro de sus sueños: contar en sus filas con Messi, para tener un equipo de puras estrellas.
MÁS INFORMACIÓN | Lionel Messi: ¿Cómo ha evolucionado su valor en el mercado y ahora cuánto costará su fichaje?
Nasser al Khelaïfi nació en Doha, en 1973. Representó a Catar en la Copa Davis y fue el más exitoso de su país en dicho torneo entre 1992 y 2002. Alcanzó a ocupar en el 2002 la casilla 995 de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP).
Ahora es presidente de la Federación de Tenis, Squash y Bádminton de su país y vicepresidente de la Federación Asiática de Tenis. Además, es miembro del comité organizador del Mundial de fútbol de Qatar 2022.
El jeque catarí, dueño de un patrimonio de más de US$ 16.000 millones, se convirtió en el exitoso empresario actual gracias a sus vínculos con el poder. Principalmente, por su amistad con el príncipe heredero de Qatar, Tamim bin Hamad al Thani, con quien comparte la pasión por el tenis. Fueron compañeros en la Copa Davis de su país, donde el vínculo se afianzó, aunque ya se conocían desde la niñez.
El 2005 fue el año que cambió para siempre la vida de Al Khelaïfi. Retirado del tenis y con pocos ingresos, sus vínculos con la familia real qatarí le permitieron integrar la empresa Qatar Investment Authority (QIA), que gestiona las millonarias ganancias que le brindaba la industria del petróleo y el gas natural al Gobierno.
Junto con QIA fundó Qatar Sports Investments, empresa cuyo objetivo es invertir en proyectos deportivos tanto dentro como fuera del país, para el desarrollo y crecimiento del área deportiva local. Nasser al Khelaifi, como persona de confianza de la familia real, fue elegido como una de las caras visibles de este nuevo emprendimiento.
Fue en 2011 cuando Nasser se transformó en presidente del Paris Saint-Germain. Sus empresa, Qatar Investment Authority, pagó US$ 60 millones por el 70% del PSG y fue nombrado presidente del equipo. Años después, la firma compró el 30% restante.
Su vida cambió por completo por estar al frente de uno de los clubes más poderosos del mundo y recurrente candidato a obtener la Champions League. Un título europeo que fue siempre esquivo para el club francés y que se volvió el gran objetivo, luego de que el elenco parisino pase a reinar el fútbol francés con decenas de títulos a nivel doméstico.
Desde su llegada, el magnate ha contratado futbolistas de primer nivel, se calcula que gastó 1.364 millones de euros en compras, entre las que se destacan las de Neymar (222 millones de euros), Kylian Mbappé (145 millones de euros), Edinson Cavani (64.5 millones de euros), Ángel Di María (63 millones de euros) y Achraf Hakimi (60 millones de euros).
Si bien en la primera temporada el PSG fue eliminado tempranamente de la Europa League y de las dos copas nacionales, no pudo conquistar el único título de la Ligue 1 que le quedaba (terminó detrás del campeón Montpellier). Todo cambió a partir de la temporada 2012/13, cuando ganó el título local más importante luego de 19 años, además de conquistar la Supercopa de Francia. Hasta esa fecha, el club solo contaba con dos Ligas francesas y una Recopa de Europa como sus logros más importantes.
A partir de entonces no paró de agigantar sus vitrinas. Desde que tomó las riendas conquistó siete Ligue 1, seis Copas de Francia, seis Copas de La Liga y ocho Supercopas de Francia, con tripletes nunca vistos en la historia del fútbol francés en las temporadas 2014/15, 2015/16, 2017/18 y 2019/20.
Ahora con la posible llegada de Messi en el PSG, el club apunta a ganar todos los torneos. Para tener al 10 argentino se habla de un contrato de dos temporadas, con la opción de extenderlo automáticamente por un año más. También con el pago de 35.000 millones de euros por año, libres de impuestos.