MARCELA MENDOZA R. / @mameri9
Estuvieron por conveniencia, esa es la explicación. No era amor a la marca, sino a sus patentes. Y es por eso que, cual romance de verano, se apagó rápido la magia y el divorcio fue inminente. Todo pasó tan de prisa que cuesta creerlo...pero es verdad: Google ya no es más el fabricante de los teléfonos Motorola.
El peor parado de esta historia es el otrora líder revendido. Si su fundador viviera aún sufriría en carne viva al contemplar como aquel pionero de la telefonía celular, que llegó a liderar el mercado hace una decena de años, hoy pasa de mano en mano en tan solo tres años. Si ya en el 2011, cuando Google dio su jugada maestra y adquirió Motorola Mobility por US$12.500 millones, esta tenía menos del 5% del mercado y pocas esperanzas de crecer, ahora que pasa a nuevo dueño por poco más de US$2.910 millones sigue sin superar ese 5% y las esperanzas se mantienen etéreas.
MOTIVOS DE SOBRA
Motorola era valiosa en el 2011 para Google porque poseía muchas patentes. En tecnología, al igual que en el mercado farmaceútico, lo que vale es la idea creativa, la invención de funciones, el sustento de una orden en base a comandos originales, la línea de código binario.
Eran tantos los registros de propiedad de Motorola, que su valor real superaba los US$5.500 millones, y una vez siendo Google dueño de todos ellos, podía utilizarlos para crear nuevos poductos en otras fábricas.
No digamos que Google no intentó sacar adelante a Motorola, porque sus últimos modelos de teléfonos son buenos, bonitos y baratos. Sin embargo, cierto es que muy bien no la trato y cual madrasta en hogar temporal le dio poco cariño, despidio a miles de sus trabajadores y siguió centrando sus esfuerzos en mantener con novedades a los primos coreanos, competidores directos de Motorola.
La unidad no era rentable y mantener la fábrica resultaba caro. Además tenía la amenaza de que Samsung decidiera sacar su propio sistema operativo y abandonara Android, el sistema de Google que también usa Motorola. Asi que le dijeron a Motorola que, por su propio bien, era mejor pasar a manos de quien bien lo quiera y le pueda dar toda la atención que anhelaba.
EL TODOPODEROSO
Hasta inicios del año pasado, Lenovo seguía a la sombra de HP en la venta de PC, pero llevaba con hidalguía su segundo puesto y soñaba con más. Lanzó su línea de teléfonos y con solo un par de modelos logró vender en China, su feudo natural, nada menos que 45 millones de smartphones, el doble de lo que vendió Motorola en todo el mundo, ganándose así un respetuoso quinto lugar.
La buena estrella los acompañó para mediados de año, cuando se fortalecieron, destronaron a HP de un liderazgo de décadas y no dudaron en prometer que querían ser también los líderes del mundo móvil. Fabricantes por definición, salieron a comprar otras fábricas y luego de descartar a Blackberry, posaron los ojos en la huerfanita que albergaba el buscador.
Lenovo no perdió el tiempo en cavilaciones y arrancó el 2014 de compras. Primero se hizo de parte del negocio de servidores que poseía IBM en un afán por competir con más dureza contra HP y luego compró Motorola para fortalecerse como fabricante de smartphone y vender 100 millones de unidades, es decir, más de lo que vende el hasta ahora líder, Samsung.
Es muy pronto para vaticinar si tendrá todo el éxito soñado, pero si está claro que en términos de hardware ya se consolidaron como "el más grande fabricante" del mundo y es ese resultado lo que garantice que su relación con Google no sea otro amor de verano truncado ante los baches. El tiempo hablará.