En los días posteriores al anuncio del gobierno de Estados Unidos de que prohibiría la compra de importantes componentes estadounidenses por parte de Huawei Technologies Co., el fundador de la compañía china, Ren Zhengfei, convocó una reunión de emergencia con sus principales ejecutivos en la sede de Shenzhen.
En una gran sala de conferencias, el multimillonario solicitó un informe del jefe de cada unidad de negocios sobre cómo se verían afectados por la prohibición de la administración Trump, que impide que empresas estadounidenses suministren todo, desde semiconductores hasta software. Sus reportes fueron terribles. “Pensamos que habíamos perdido el mundo”, dijo Will Zhang, quien asistió como presidente de estrategia corporativa.
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Resulta que fueron demasiado pesimistas. Huawei registró un aumento de 18% en ventas para un nuevo máximo de 850.000 millones de yuanes (US$122.000 millones) el año pasado, aunque fue inferior al 23% del primer semestre y no cumplió con sus propias metas internas. Las proyecciones de la compañía para 2020 son similares. Huawei mantiene la envidiable posición de mayor proveedor mundial de equipos de comunicaciones para operadores de telecomunicaciones y de mayor fabricante de teléfonos inteligentes a nivel mundial después de Samsung Electronics Co.
Huawei no solo está sobreviviendo; en realidad está prosperando en algunas áreas. La pregunta es, ¿por cuánto tiempo? La semana pasada, ejecutivos advirtieron en un memorando de Año Nuevo que la supervivencia en sí es una prioridad, instando a empleados a prepararse para un 2020 difícil. Las existencias almacenadas meses antes de la lista negra que fue publicada en mayo se están agotando. La compañía ya no puede contar solo con impulsos para apuntalar los negocios, advirtió el presidente rotativo, Eric Xu.
La manera en que Huawei sobrevivió a la lista negra de EE.UU. podría ser un caso de consecuencias no intencionales a estudiar junto con un gran cambio en curso en la producción mundial de TI. Huawei es un gran cliente para todos sus proveedores, y algunos realmente cortaron relaciones tras la publicación de la lista negra. Otros migraron hacia rivales en Japón y Corea del Sur. Sin embargo, compañías estadounidenses con amplias operaciones globales, como Microsoft Corp. y el fabricante de chips Micron Technology Inc., encontraron formas legales de evitar la prohibición, apoyándose en la producción fuera de EE.UU. para que los productos destinados a Huawei no se vean afectados. La propia Huawei dedicó ejércitos de ingenieros para trabajar en el rediseño de productos y así reducir su dependencia de las partes estadounidenses.