Los planes de prevención de desastres naturales en la campaña
Los planes de prevención de desastres naturales en la campaña
Redacción EC

POR BÁRBARA BRUCE, CONSULTORA DE TEMAS DE HIDROCARBUROS Y ENERGÍA

La velocidad de las comunicaciones permite estar al día con los sucesos y, en las últimas semanas, uno pareciera estar leyendo un cuento de héroes y villanos, en el cual los y las emergencias ofrecen la oportunidad de hacer las cosas bien.

El Perú no está exento de estas situaciones. Es un país conocido por su riqueza en flora y fauna, así como por los inmensos recursos naturales en minerales y en hidrocarburos. También ocurren en su territorio drásticos eventos naturales, como son los movimientos sísmicos y los severos eventos climáticos. 

Hace unas semanas, la costa norte y central del país vivió días de zozobra por las lluvias y los aluviones, también conocidos como huaicos, que ocurren en gran dimensión cada cierto número de décadas. Es decir, son recurrentes en el tiempo. A pesar de ellos, el desastre fue una sorpresa para muchos y la falta de prevención nuevamente se convirtió en el factor común en muchos lugares. 

La planificación y la prevención no pueden ser materia de discusión de un día o de un período administrativo; en nuestro territorio, debieran ser una preocupación continua y para el largo plazo. 

Con ayuda de la tecnología, el país fue espectador en primera fila y en tiempo real del avance de las aguas inundando planicies y de los aludes de lodo y piedras a lo largo de quebradas, consideradas secas por muchos. Quebradas o cauces secos donde se habían instalado poblados en forma desordenada y sin tomar en consideración los posibles riesgos. La necesidad de unos y la irresponsabilidad de otros, sin medir las consecuencias, fue la receta perfecta para el desastre. La tecnología fue también de ayuda para el rescate, pero atrás quedaron los esfuerzos y sueños de miles de peruanos. 

Lo lamentable de todo lo sucedido es que desde hace muchos años en el país se cuenta con extensos estudios geológicos y mapeos superficiales de casi todo el territorio nacional. En estos informes se pueden apreciar definiciones como “cono aluvial”, “llanura fluvial”, “zona inundable” y otras denominaciones.

De haber tomado conocimiento, y de haber utilizado la información disponible las autoridades pertinentes respetando la clasificación de riesgos, se podría haber prevenido muchos de los daños causados. Prestigiosas instituciones del Estado y organizaciones privadas dedicadas a las ciencias de la Tierra son conocedoras de las distintas tipologías de suelos. Hagamos uso de esos conocimientos y pongamos manos a la obra por un desarrollo poblacional seguro. 

Todo desarrollo requiere de un plan de crecimiento. El reto será compaginar la necesidad inmediata de la reconstrucción con un desarrollo económico que sustente el crecimiento. El Perú tiene los recursos, pero requiere de un planeamiento entre las diversas autoridades para que los proyectos que inyectan inversión y puestos de trabajo no se queden esperando en el tiempo y perdiendo la oportunidad.

El Perú tiene el potencial de convertirse en el líder de inversión privada, pero requiere determinación, liderazgo y claridad hacia el futuro. Pongamos en valor los recursos naturales en forma responsable y trabajemos juntos por un país moderno, con educación y tecnología para el futuro de la juventud, que busca crecer. Está en manos de las autoridades y la empresa privada poner en movimiento la rueda del crecimiento con transparencia, eficiencia, innovación y creatividad.