Tres pasos para maximizar el aprendizaje de un fracaso[Opinión]
Tres pasos para maximizar el aprendizaje de un fracaso[Opinión]
Redacción EC

Por: Ben Schneider, Presidente de Indra en el Perú y director del MBA de la U. del Pacífico


La consecuencia inevitable de hacer algo nuevo es que se cometerán errores. Estos tendrán diferentes grados de impacto en el , pero no deben ser vistos como algo negativo.


Sin embargo, cuando los ejecutivos de una empresa preparan su presupuesto, lo hacen bajo la premisa que la ejecución se llevará a cabo con la mayor diligencia posible, ya que el avance de las carreras de los colaboradores involucrados estará supeditado al éxito de la gestión y harán todo lo posible por evitar el fracaso.

Esta aversión al fracaso se convierte en el mayor obstáculo para la innovación. La presión social orientada hacia la manifestación del éxito a través de signos exteriores de riqueza, presionan aun más al ejecutivo.

Sin embargo, al ser el fracaso parte inherente a la gestión, es vital maximizar el retorno que esto pueda generarle a la firma. Este beneficio se da en dos dimensiones. La primera implica minimizar el impacto negativo del error. La segunda se refiere a las lecciones aprendidas.

Hay tres pasos que se pueden tomar para maximizar el aprendizaje como consecuencia de un fracaso, menciona el Dr. Julián Birkinshaw, de la escuela de negocios de Londres, y la Dra. Martine Haas, de la escuela de negocios de Wharton, en la revista “Harvard Business Review”.

El primer paso es repasar a lo largo de la unidad de negocios los errores para que la mayor cantidad de colaboradores estén conscientes sobre cuáles fueron los factores que provocaron la falla. Esto impactará en los patrones de criterio de los ejecutivos, quienes estarán más alertas en situaciones similares en el futuro.

El segundo paso es compartir las enseñanzas y recomendaciones del fracaso de la unidad de negocios con el resto de la organización para maximizar el aprendizaje. Así, se genera una dinámica entre secciones donde empiezan a mirar el fracaso no como un episodio que hay que “enterrar”, sino como una oportunidad para aprender.

El tercer paso sugiere analizar la empresa desde una perspectiva “macro” para determinar si la firma, como un ente integrado, está aprendiendo de cada situación adversa que le tocó enfrentar.

Los ejecutivos, hoy más que nunca, hablan de la importancia de aceptar el cambio continuo como una condición básica para sobrevivir en el mundo de los negocios. Sin embargo, en la práctica, evitan el cambio por la aversión que le tienen al fracaso y porque piensan que es mejor mirar hacia adelante y olvidar los “tragos amargos” por errores pasados.

El fracaso es menos doloroso si se obtiene de él el máximo aprendizaje posible para salir fortalecido. De esta manera, se cambiará la costumbre de preguntar quién lo hizo, para más bien indagar qué fue lo que pasó. Lo importante es lograr que el número de aciertos supere al número de fracasos.